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Por: Richbell Meléndez

 

Escuela de Apologética:

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Quiero agradecer a Dios primeramente por permitirme esta oportunidad para aclarar este tema, ya que como todos saben algunas de las doctrinas o enseñanzas relacionadas con la Virgen María siempre será causa de controversia entre católicos y protestantes evangélicos, como lo es en este caso el tema de la impecabilidad de la Santísima Virgen María. En este artículo yo me encargare demostrar los fundamentos de la doctrina mariana de la impecabilidad de la Virgen María reconocida por el Cristianismo que se puede resumir en los títulos que se le han dado a la madre de Dios cómo “Santísima”, “toda santa”, “inmaculada”, “bendita”, etc. Títulos que reflejan la real figura de María para nosotros los cristianos.

 

En este articulo me encargare de demostrar que la Virgen María fue exenta de todo pecado personal, dado que nuestros amigos protestantes creen lo contrario, yo demostrare en este articulo el fundamento bíblico, patrístico y las razones teológicas de esta creencia.

 

ACLARACIÓN PERTINENTE

 

Quiero aclarar que como bien lo dice el título de este articulo, el tema se enfocara en si la Virgen María tuvo pecados personales o no, no me enfocare en el área del pecado original o la inmaculada concepción ya que eso vendría siendo otro tema a tratar en otro articulo. Digo esto para que se entienda aquí, que mi persona solo se encargara de demostrar la santidad impecable de María. Dicho esto procedo a comenzar mi exposición respecto a la santidad impecable de la Santísima Virgen María.

 

En la historia de la Iglesia encontraremos varios personajes como Tertuliano, San Basilio, San Juan Crisóstomo, entre otros que en algún momento atribuyeron pecados actuales a la Virgen María afirmando que peco venialmente o tuvo debilidad, de la misma forma este error lo cometieron los protestantes como Lutero, Calvino, los Centuriadores, etc. Todo por una mala comprensión de pasajes bíblicos que no comprendieron, pero que otros explicaron mucho mejor. Sin embargo, lo importante que debemos entender es que las opiniones aisladas de cristianos no constituyen la enseñanza de la Iglesia, sino el consenso general de estos cómo lo explica San Vicente de Lerins en su Conmonitorio.

 

En la Iglesia Católica hay que poner el mayor cuidado para mantener lo que ha sido creído en todas partes, siempre y por todos. Esto es lo verdadera y propiamente católico, según la idea de universalidad que se encierra en la misma etimología de la palabra. Pero esto se conseguirá si nosotros seguimos la universalidad, la antigüedad, el consenso general. Seguiremos la universalidad, si confesamos como verdadera y única fe la que la Iglesia entera profesa en todo el mundo; la antigüedad, si no nos separamos de ninguna forma de los sentimientos que notoriamente proclamaron nuestros santos predecesores y padres; el consenso general, por último, si, en esta misma antigüedad, abrazamos las definiciones y las doctrinas de todos, o de casi todos, los Obispos y Maestros.” (Conmunitorio, Cap 2, 6)

 

Si leemos esa obra de San Vicente encontraremos que el titulo del párrafo citado es “regla general para distinguir la verdad de la fe católica de la falsedad de la praxis herética.” Entonces como pueden ver la regla para distinguir la verdad de la fe, de la falsedad es seguir el consenso general de la Iglesia. Por lo que dichos testimonios aislados de esos personajes cristianos quienes no comprendieron esos pasajes de la Escritura en los cuales afirman que María cometió pecado, no afecta para nada la enseñanza ortodoxa de los Cristianos que afirma que María es la toda santa, inmaculada como dice el mariólogo Gregorio Alastruey: “Hay que desechar esas opiniones por completo, puesto que se apartan de la verdad católica sobre este punto, y por otra parte carecen de fundamento legítimo.” (Tratado de la Virgen Santísima – Gregorio Alastruey. pp. 243).

 

Sé que algunos pensaran que esa enseñanza de la impecabilidad de María solo la creemos los católicos, pero en realidad no. Es una enseñanza cristiana, porque la creemos tanto los Cristianos Católicos como los Cristianos Ortodoxos, para muestra pueden ver lo que nos dice el Obispo Ortodoxo Kallistos Ware: “La Iglesia Ortodoxa le llama a María “Toda Santa”; le llama también “inmaculada” o “sin mancha” (en griego achrantos), y todos los ortodoxos están de acuerdo en que Nuestra Señora fue exenta del pecado actual.” (La Iglesia Ortodoxa. pp. 233-234)

Se darán cuenta entonces, que la santidad impecable de María no es una doctrina romanista como afirman algunos fundamentalistas evangélicos, sino más bien una doctrina cristiana, proclamada por el Cristianismo tanto de oriente como de occidente. Esta doctrina tiene su fundamento bíblico, que es el que procedo a explicar.

 

FUNDAMENTO BIBLICO, CONFIRMACIÓN PATRISTICA Y RAZON TEOLOGICA

 

Esta creencia cristiana de la santidad impecable de María se funda principalmente en el sólido testimonio bíblico que encontramos en las Escrituras, siendo testimonios principales las palabras que el Ángel Gabriel utiliza cuando se dirige hacia la Virgen María.

 

“Entrando le dijo: Alégrate, llena de gracia; el Señor es contigo." Lucas 1, 28 (Sagrada Biblia Nacar-Colunga 1944)

“Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.” Lucas 1, 28 (Biblia Reina Valera 1960)

 

Se preguntaran por qué he citado dos versiones bíblicas, bueno la razón es muy sencilla. Para que veamos las diferencias entre ambas expresiones. Aunque estoy de acuerdo en que ambas traducciones son aceptables, solo una se acerca más al sentido original del texto y es la expresión “llena de gracia”, no quisiera entrar en detalles sobre el porqué es mejor esta expresión de acuerdo al texto original griego de Lucas y no la expresión “muy favorecida”, pero si tengo que decir, que la mayoría de los Padres de la Iglesia decidieron traducir ese texto de Lucas o citarlo bajo la expresión “llena de gracia” y es que dicha expresión, refleja mucho y sobre todo al ser referida hacia María.

 

Ya que le indica a María una plenitud de gracia, ya que ha sido colmada de la gracia divina. Nada más y nada menos que la fuente de gracia Jesucristo (Rom 5, 17) se iba a encarnar en su vientre. Aquel a quien Juan el Bautista llamo “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1, 29), si María tendría en su vientre al que quita el pecado del mundo, ella tenía que estar libre de todo pecado porque el Cordero de Dios no se encarnaría en un vientre pecador.

 

En otras palabras, María fue predestinada para ser la madre de Dios lo que está muy relacionado con su santidad impecable, si vemos Génesis 3, 15 ya Dios tenía en mente la encarnación y nacimiento de su hijo para que salvara el mundo, si tomamos en cuenta lo que dice Efesios 1, 4 podemos comprender que María fue predestinada para ser santa e inmaculada. Las palabras del Ángel solo confirman esa expresión por la cual María seria identificada y conocida por el Cristianismo como “la llena de gracia”, título del cual se desprenderían luego otros títulos como “santísima”, “inmaculada”, “sin mancha”, etc.

 

Este pasaje de Lucas fue comprendido por varios personajes cristianos a través de la historia como testimonio bíblico de la santidad e mpecabilidad de María, tenemos por ejemplo lo que nos dice San Alberto Magno a quien cita Benito Enrique Merkelbach: “Donde hay algo de pecado venial, allí hay algo vacío de gracia; pero María, según el ángel, es la llena de gracia; luego nada de pecado hubo en ella" (Citado en Mariología – Benito Enrique Merkelbach. pp. 203).

 

Pasajes del Antiguo Testamento también son aplicados a María para resaltar su santidad impecable.

 

“Toda tú eres hermosa, amiga mía, Y en ti no hay mancha. “ Cantares 4, 7 (Biblia Reina Valera 1960)

 

El  pasaje ayuda a comprender que María no solo es la criatura más hermosa para Dios sino que en ella no había ni una sola mancha de pecado, Ricardo de San Víctor comentando ese pasaje nos dice: “Toda hermosa fue la que fue poseída por toda la gracia, porque ningún lugar tuvo en ella el pecado" (Citado en Tratado de la Virgen Santísima – Gregorio Alastruey. pp. 244).

 

También podemos traer a mención el testimonio bíblico de Hebreos 7, 26 que menciona algo que muchas veces se puede pasar por alto, pero que también puede ayudar a comprender la santidad impecable de María.

 

“Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;” Hebreos 7, 26 (Biblia Reina Valera 1960)

 

En el pasaje anterior encontramos unas características de Nuestro Señor Jesucristo con las cuales se que nadie tendrá problema, sin embargo también se menciona algo interesante y es que se dice que Cristo era “apartado de los pecadores”. ¿Qué querría decir el hagiógrafo de Hebreos? No se refería a que Cristo no se juntaba con pecadores, porque sabemos que si lo hacía, esto tiene un sentido más profundo y tiene que ver con el hecho de que Cristo nunca tuvo contacto con el pecado, esto nos lleva a pensar que si su madre fuera sido una criatura con pecado, este pasaje no tendría sentido. Pero si comprendemos que su madre estuvo exenta de todo pecado por ser elegida para ser su portadora por 9 meses, entonces el texto tiene más sentido.

 

Pudiera seguir dando más textos bíblicos que reflejan la enseñanza de la santidad impecable de María, pero creo que con estos son suficientes para culminar este artículo, ahora solo procederé a compartir la razón teológica de esta creencia la cual se deduce de la maternidad divina de María, para ello citare al mariólogo Gregorio Alastruey.

 

“Dice Santo Tomás: "A los que Dios elige para una misión determinada, los prepara y dispone de tal modo que sean idóneos para aquello a que son elegidos, conforme a lo que se dice en la II a los Corintios (3, 6 ) : Nos ha hecho ministros idóneos del Nuevo Testamento. Ahora bien, la Virgen fue elegida por Dios para ser su Madre, y no puede dudarse de que Dios la hizo apta para ello por su gracia, según lo dijo el ángel (Lc. 1, 30): Has hallado gracia delante de Dios; he aquí concebirás, etc. Pero no hubiera sido idónea para Madre de Dios si hubiera pecado alguna vez; tanto porque el honor de los padres redunda en los hijos, según aquello de los Proverbios (17, 6 ) : Gloria de los hijos los padres de ellos; de donde, a la inversa, la ignominia de la Madre hubiera redundado en el Hijo; como porque tuvo una especialísima afinidad con Cristo, que de ella tomó carne, y se dice (2 Cor. 6, 15): ¿ Qué concordia entre' Cristo y Belial?; como, en fin, porque de un modo singular habitó en ella el Hijo de Dios, que es la sabiduría de Dios, y no sólo en su alma, sino también en su mismo seno; y se dice en la Sabiduría (1, 4 ) : En alma maligna no entrará la sabiduría, ni morará en cuerpo sometido a pecado. Por todo lo cual hay que confesar sencillamente que la Santísima Virgen no cometió ningún pecado actual, ni mortal ni venial, para que se cumpla en ella lo que se dice en el Cantar de los Cantares (4, 7 ) : Toda eres hermosa, amiga mía, y mancilla no hay en ti.” (Citado en Tratado de la Virgen Santísima – Gregorio Alastruey. pp. 245).

 

Espero que todos los que han leído este artículo, puedan analizar todo lo expuesto de manera de comprender mejor lo que significa la santidad impecable de María y comprendan que no es correcto atribuirle pecados a la madre de Dios. De la misma forma se que los amigos protestantes tendrán sus objeciones contra la impecabilidad de María, sin embargo dichas objeciones serán tratadas en otro artículo.

 

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Richbell Meléndez, estudiante de teología en la EATEL, colaborador asiduo de distintas páginas de apologética católica y tutor de la escuela de apologética online DASM.