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Política de respuesta

Desde el primer momento, la intención de este equipo de investigaciones fue la de arrojar alguna luz, en la medida de nuestras posibilidades, sobre la autenticidad de la lista de precios simoníaca publicada en nuestros días por el Sr. Pepe Rodríguez. Esperábamos de la otra parte del debate una respuesta que respetase el marco de una discusión académica, cosa a la que el Sr. Rodríguez, en un principio, pareció acceder.

Sin embargo hemos constatado -y lo puede hacer el lector visitando el sitio de Rodríguez en internet- que el periodista español parece no estar en condiciones de ningún debate serio. No está en los planes de ninguno de los miembros de este equipo entrar en las cuestiones totalmente ajenas al debate, con las que Rodríguez parecería querer abrir, día tras día, nuevos flancos.

Por este motivo queremos declarar cuál será nuestra política de respuesta ante eventuales manifestaciones del Sr. Rodríguez o de cualquier otra persona acerca de este debate, como bien nuestra actitud ante cualquier persona que quisiera contactar a los miembros de este equipo para expresar su opinión, obtener más información sobre algunos aspectos del debate, solicitar aclaraciones u obtener cualquier tipo de respuesta de parte nuestra. Por lo tanto:

Este equipo de investigaciones agradecerá cordialmente todo aporte serio por parte del lector (juicios críticos, sugerencias, correcciones, nueva bibliografía, observaciones, preguntas, etc.) en torno a la autenticidad de la lista de precios simoniaca que publica Rodríguez. Con mucho gusto haremos todo lo posible por aclarar dudas y brindar la información que el lector nos pida. Al mismo tiempo, declinamos absolutamente responder a cualquier reacción que implique ignorancia de los documentos y demás datos positivos que se presentan en este trabajo.

En el sitio web de Apologetica.org serán publicadas las respuestas u observaciones que nos parezcan oportunas, sobretodo si se trata de la fama de terceros.

Algunas observaciones sobre lo publicado por Rodríguez

No es nuestra intención contestar todas y cada una de las afirmaciones vertidas por el Sr. Rodríguez -principal distribuidor de las tarifas simoníacas en nuestros días- con respecto a nuestra posición en este debate. Pero dado que en su sitio web Rodríguez ha publicado demasiadas gratuidades al respecto, queremos aquí aclarar lo que nos parece necesario, tomando algunas expresiones suyas que consideramos representativas de su postura (los textos de su sitio fueron descargados el 9 de mayo de 2002).

 

1. Delimitemos el campo de acción

En su reacción a nuestra posición de duda acerca de el documento que él publicó sin aportar ningún fundamento, se encuentran repetidas manifestaciones peyorativas con respecto a este equipo de investigación y al sitio web que lo hospeda (http://apologetica.org), como ser:

"grupo integrista", "secta católica fanática", "descaro y nula honestidad histórica y científica", "mala fe, fanatismo e ignorancia", "presumen de gran rigor académico e investigador", "faltar a la verdad con sumo descaro", "secta católica extremista", "demagogia, fanatismo, ultraconservadurismo y virulencia", "cretinez supina".

Así encara el Sr. Rodríguez su respuesta académica contra los que han puesto en duda un documento por él publicado.

Nuestra opinión al respecto es esta: ya es hora que se deje de atacar a las personas en sus intenciones y en cualquier otro aspecto que nada tienen que ver con el debate de índole histórica que estamos realizando y encare el tema como debe hacerlo, a saber, tratar de fundamentar la lista de precio que publica (cosa imposible, luego de los resultados de nuestras investigaciones), o al menos descubrir sus orígenes, ediciones, etc. En una palabra, aportar ALGO. Suponemos sus invectivas se deben a que nuestra postura está más que fundamentada, mientras que la de él no aporta ningún dato serio, de ningún tipo, aunque trata de ocultarlo abriendo el campo del debate a todo tema que se le pasa por la cabeza; constate el lector este hecho leyendo las explicaciones que da el Sr. Rodríguez sobre la autenticidad de la Taxa Camarae, donde habla y juzga de

la situación eclesial del Insituto del Verbo Encarnado, el banco de los Fugger, los Protocolos de los Hijos de Sión, la expulsión de los Judíos de España, la Donatio Constantini, las armas de fuego que lleva la Guardia Suiza, el fascismo italiano y el nazismo alemán...

todas cosas que serán muy interesantes, pero que, como es obvio, nada tienen que ver con el tema. ¿O acaso usted pretende, Sr. Rodríguez, que acudiendo a toda esa lista de hechos puede usted endilgar a León X o a cualquier otro papa lo que a usted se le ocurra? Lo que le estamos pidiendo es muy sencillo y lo puede entender cualquiera: que se preocupe del tema en cuestión, a saber, la autenticidad del documento que usted atribuye a León X según el cual ese papa (u otro) vendía el perdón de los pecados. Todo el resto, en este debate, es fantasía.

2. "Secta católica extremista" (Rodríguez)

Con respecto a lo expresado por él en su sitio web sobre el Instituto del Verbo Encarnado (IVE), cuyos miembros son responsables del sitio Apologetica.org (no del debate), nos preguntamos de qué modo influyen en el rigor de este estudio sus observaciones sobre dicho instituto. O más simplemente, ¿qué tiene que ver la supuesta situación eclesial del IVE (falsa, no está de más decirlo) con la autenticidad de la Taxa Camarae? ¿O se está tratando de anular al contrincante con medios ofensivos, ya que en la arena académica no se tiene nada que decir?

De todos modos, puede el lector ver por sí mismo, en el sitio oficial del IVE, su historia, su situación eclesial, las treinta y tantas diócesis del mundo donde trabaja, los cientos de sacerdotes y religiosas en tierras de misión, las obras de caridad que realiza (con abundancia de fotografías), entre otras muchas cosas, y podrá comprobar por sí mismo cuán cierta sea la afirmación del Sr. Rodríguez según la cual dicho instituto es una "secta católica integrista, fanática... y clausurada por la propia Iglesia católica". Una vez más, nos pone Rodríguez ante una afirmación violenta y falsa, tipo al que ya nos tiene acostumbrado.

Y también:

El gran nivel "intelectual" y "académico" del que tanto presumen los adeptos del Instituto del Verbo Encarnado/apologetica.org puede entreverse en la cretinez supina que uno de sus destacados miembros, el sacerdote Juan Carlos Sack, le escribe en un e-mail a Daniel Sapia: "..Sabrás también que Pepe Rodriguez, de donde originariamente viene la Taxa, es enemigo de Dios, de Jesucristo, de la Biblia, de la Iglesia, de la Fe y de toda sana doctrina. Un hijo de la desobediencia, entre los cuales un tiempo caminábamos todos nosotros. Hay que pedir a Dios por su conversión.". ¡¡¡¿?!!!

Este comentario de un sacerdote católico (al cual, curiosamente, interesa la conversión de las personas), hecho en un correo personal a un conocido suyo cristiano, parece que destruiría el nivel académico de nuestra presentación. ¿Puede señalarnos concretamente cómo, Sr. Rodríguez?

3. "Mi objetivo nunca es el de escandalizar, sino el contribuir a una crítica fundamentada de aquello que abordo" (Rodríguez).

Como nuestro periodista se presenta a sí mismo del modo indicado en el subtítulo y, en contrapartida, no escatima esfuerzos e insultos para negar a este equipo de investigación toda cualidad "académica", queremos recordar algunas afirmaciones suyas, para que el lector juzgue por sí mismo.

I. Internet y el librito de 1936.

 

"... aunque a pesar de que presumen de un gran rigor académico e investigador y de ser una organización internacional, no han sido capaces ni de localizar la obra del tal Gay (basta escribir en un buen buscador "Teofilo Gay" "Taxa" para ir al web donde se reproduce parte de su obra [...] o, también desde Internet, buscar por el nombre de [...]. Tampoco han localizado la edición de 1936 de Librería Pons que se reproduce aquí, ni cualquiera otra".

Buscábamos la obra de Gay en papel, para poder trabajar sobre firme. Internet, una herramienta magnífica, tiene en este sentido sus límites. Cualquiera sabe que no se puede confiar en todo lo que hay en internet sin más, sino que hay que tratar de verificar los datos. El ejemplo del artículo publicado por Gian Antonio Stella en el Corriere della Sera tendría que ser educativo para todos (véase aquí el vergonzoso hecho).

En lo que toca a la "edición de 1936 de Librería Pons" queremos agregar algún dato más a lo expuesto ya con anterioridad (aquí ) . En primer lugar, notamos la infantil actitud de su expresión "no han localizado la edición de 1936". Sr. Rodríguez: el libro que usted menciona, le recordamos, no tiene ninguna importancia desde el punto de vista científico; usted ya lo había dicho en su correspondencia:

Por mi parte tengo una copia de todo un librito [de autor anónimo] en el que aparece la Taxa, fue editado en Barcelona en 1936 y es radicalmente anticlerical (un ejemplar típico de esos días en España), tampoco da referencia de la fuente y reproduce fielmente el texto que yo había fotocopiado en francés, pero, en cualquier caso, no es nada relevante, me interesa ir mucho más allá. Quiero saber quién fue el autor de ese documento, lo demás no me importa en absoluto. [los resaltados son siempre nuestros]

¡Impresionante su deseo de relevancia, Sr. Rodriguez! Pero si esto es así, ¿a qué viene su observación de cariz triunfalista de que "no hemos sido capaces de localizar esa edición"? ¿En qué ayudaría ese librito anónimo, "nada relevante", sin indicación alguna de ninguna fuente?

Por otro lado, usted parece ser uno de los pocos agraciados del mundo en posesión de esa joya de la literatura anticlerical, ya que no está ni en la Biblioteca de Cataluña, ni en la Biblioteca de la Universidad de Barcelona, ni en la Biblioteca Nacional de Argentina, ni en la Biblioteca Nacional de Colombia, ni en la Biblioteca Vaticana, ni en la Biblioteca Gregoriana, ni en ninguna de la varias bibliotecas pública de la ciudad de Roma, y ni siquiera en la Biblioteca Nacional de España. Sugiéranos usted dónde podemos ir a buscar su panfleto anónimo de 88 páginas, Sr. Rodríguez.

Pero algo hemos encontrado... Se trata del mismo título, a saber, La Lujuria del Clero según los Concilios. Editorial "Tres Catorce Diecisiete", colección "Infierno de los escritos sobre el cuerpo", publicado en Madrid en 1978. Está en la Biblioteca Nacional de España, donde hay un par de publicaciones más con el mismo título, sin fecha, siempre en Madrid, colección "Apostolado de la Verdad". Además de no tener fecha, tienen 32 páginas uno y 40 páginas el otro. En ninguno está la Taxa Camarae.

En la edición de 1978, la más "parecida" a la que cita Rodríguez al menos en cuanto a su extensión, constatamos que la Taxa no está. La obrita termina en la página 84, a lo que sigue el índice que ocupa una página. En la presentación de la obra el editor (Javier Ruiz) no hace ninguna referencia a ninguna obra precedente con este mismo título.

Finalmente, aún no se ha sabido de explicación alguna sobre el misterio de la cuasi-identidad entre la obrita anticlerical de Barcelona, 1936, y la traducción del francés a cargo de Rodríguez hecha cincuenta años más tarde (pueden verse los detalles aquí).

En conclusión, estamos de acuerdo con nuestro autor en afirmar que, más allá de nuestra "incapacidad de localizar la obra", el librito de 1936 no es nada relevante.

II. Los guardias suizos y la Taxa Camarae

Los miembros de apologetica.org, que presumen de trabajar con rigor, honestidad y academicismo, faltan a la verdad con sumo descaro cuando afirman que no hay fuentes mejores. Sí las hay, muchas y mejores, pero ni ellos, ni sus fuentes de consulta, ni nadie puede acceder a ellas para comprobar quién tiene razón. Saben perfectamente en apologetica.org, aunque lo callan en defensa de sus intereses católicos, que junto a la biblioteca vaticana existe un edificio contiguo que alberga el llamado "archivo secreto" --para acceder a su sala hay que pasar por seis estrictos controles de seguridad, tres de ellos protegidos por guardias suizos armados--, al que sólo acceden investigadores debidamente autorizados, pero que están limitados a trabajar únicamente con los documentos repertoriados en los catálogos que se les ofrece. La primera conclusión es que cualquier documento que no figure en un catálogo no puede solicitarse para su estudio porque oficialmente "no existe".

a. Ya hemos contestado esto en la respuesta dada hace algunos meses.

b. Agregamos algunas observaciones: en su mención de los guardias "armados", el Sr. Rodríguez añade una larga nota para justificar que los guardias suizos usan armas en su servicio en el Vaticano, cosa que nosotros habríamos negado, según parece (dice literalmente "Ante la negación absurda, hecha por algunos apologetas católicos, de que la Guardia Suiza vaticana no va armada, etc."). Permítanos el lector perder un segundo más en este tema para aclarar:

 

- nunca pusimos en duda que los guardias suizos usasen armas, ya que no tiene nada que ver con nuestro debate, y puede Rodríguez escribir una enciclopedia sobre el tema; es una herramienta típica de los sofistas usar elementos del discurso derivándolos hacia temas adyacentes, ligados al tema principal por un campo semántico semejantes, para distraer la atención del oyente desprevenido. Aquí, Sr. Rodríguez, no se discute sobre las armas que llevan o no llevan los Guardias Suizos, ni tampoco sobre quién, cómo y porqué mató al comandante Alois Estermann.

- lo que pusimos en duda, o lo que es más exacto, negamos terminantemente, es que los guardias suizos, con las armas que Rodríguez les quiera permitir, formen parte de los fantasiosos seis puestos de control en los archivos secretos del Vaticano;

- las limitaciones de las que habla Rodríguez sobre los "documentos repertoriados" corren para toda biblioteca y archivo del mundo, porque nadie entra en un archivo y comienza a revolver documentos hasta que encuentra el que busca. Todos los archivos están "repertoriados", de lo contrario son inservibles. Lo que Rodríguez está sugiriendo es que la Iglesia ha hecho desaparecer esos documentos, o al menos los ha escondido. Pues bien, esa afirmación corre por cuenta de quien la hace. Claro está, las pruebas para fundamentar esa afirmación faltan de cabo a rabo. Habrá que creer a semejante "crítica fundamentada" con un ciego y sumiso "Amén", según parece, y quien no lo haga... ¡Oscurantista! Nosotros hemos tenido la oportunidad de entrar en los archivos secretos y, por supuesto, no existe nada parecido a la novela de Rodríguez. El lector puede ir a más detalles aquí .

Nadie, hoy, sabe que contienen esos archivos, así que nadie, hoy, puede afirmar o negar nada de forma tajante respecto a la veracidad o no de la Taxa Camarae (o de "los documentos similares" que mis críticos buscaban y, lógicamente, no han encontrado); tampoco pueden hacerlo, claro está, quienes en los siglos citados trabajaron en los archivos vaticanos pero sin poder acceder a un material sin el cual toda conclusión o afirmación no puede ser más que provisional.

Y cuando comenzamos el debate, ¿no sabía esto el Sr. Rodríguez? ¿No lo sabía cuando afirmó con toda soltura que la Taxa Camarae puede encontrarse en cualquier buena biblioteca de historia religiosa y/o medieval, incluida la Vaticana y la de los seminarios importantes? ¿De dónde le viene ahora la idea de que en realidad la Taxa es inaccesible y que ningún historiador tiene acceso a ella? ¿Cuál era el fundamento de su primera afirmación, con la cual quería engañar al lector? y ¿cuál es el fundamento de la segunda, con la cual quiere continuar su engaño?

Como lo ha hecho notar alguien, da la impresión que la primer respuesta que le viene a la cabeza, el Sr. Rodríguez la dice; es decir, la escribe.

Note el lector que una vez establecido este principio (a saber, que los documentos son inaccesibles, porque a él así le parece), ya nadie le podrá decir nada. Su "documento" jamás podrá aparecer, y por tanto será para siempre "auténtico"... (en vez de "falso", que sería tal vez un poco más lógico). Al hacer así, el autor de Mentiras Fundamentales nos pone en contacto con una suerte de peperodriguezca decencia académica. Es lo que brota de sus mismas palabras:

...en ejercicio de la pura decencia académica e intelectual, es imposible afirmar o negar nada. Sólo cuando se puedan revisar todos los documentos que ahora oculta la Iglesia y/o se sepa quién y cómo puso en circulación lo que todavía hoy se conoce como la Taxa Camarae, estaremos en condiciones de afirmar la veracidad o no del contenido de este documento.

A esto le llama Rodríguez "ejercicio de la pura decencia académica e intelectual".

No obstante todo ello, Sr. Rodríguez, le tenemos buenas noticias: hemos dado con los documentos de la época, incluidas las tarifas oficiales, con lo cual, y antes que ninguna otra conclusión, cae por tierra toda la escenografía ideada por usted sobre los guardias suizos, los armarios intocables, como también las historietas anticlericales de una Iglesia recolectando taxas por todos lados para sacarlas de circulación.

Sí, Sr. Rodríguez, las tarifas auténticas están en la los archivos secretos y en la Biblioteca Vaticana, accesibles al público acreditado; no tiene porqué inventar ninguna otra historia más. No nos detuvo ningún guardia suizo (ni siquiera había alguno, ¿o estarán camuflados en los floreros?), ni nadie nos amenazó con ninguna excomunión. Sólo que ahora habrá que rever todo acerca de la naturaleza de tales tarifas, que nada tienen que ver con lo que usted afirma en su libro y sitio web. (Para más información sobre las tarifas originales que hemos obtenido, ver el artículo principal y la galería fotográfica ).

III. Dos teólogos y tres historiadores

Aclara el Sr. Rodríguez sobre la publicación de la Taxa en su libro:

Obviamente, antes de incluirla se la di a leer a un par de teólogos católicos amigos y me comentaron que "era correcta", que era uno de los motivos de la ruptura de Lutero. Lo mismo me respondieron tres historiadores consultados (uno medievalista y los otros dos de historia de las religiones).

 

Con toda esa asistencia científica, llama la atención que al día de la fecha sus dos amigos teólogos, y sobretodo sus tres amigos historiadores no hayan hecho el menor aporte. Entendemos que puede ser una cuestión de tiempo, y que no todos tienen interés en este asunto, ni tampoco están obligados ellos a hacer nada al respecto, y sus buenos motivos tendrán. Pero lo mencionamos aquí porque esta afirmación de Rodríguez quería dar a su "explicación" un tinte de "seriedad", ya que el documento habría sido "reconocido" por gente profesional. Sin embargo, no hemos podido contar con ningún dato de ningún tipo por parte de los cinco amigos del Sr. Rodríguez acerca de la autenticidad del documento. Le sugerimos que entregue a sus amigos una copia de la bibliografía de esta investigación para que sus amigos le asistan acerca de la seriedad o no de dicha bibliografía y de este trabajo. Tal vez puedan salir del letargo y aportar algún documento.

Aunque, al reproducir el texto, no tenía la referencia original de su fuente, ni a mi, ni a los expertos consultados que lo leyeron nos cupo la menor duda acerca de la autenticidad de un texto que se daba por publicado en 1517, una fecha, precisamente, en la que se agudizó hasta el límite el escándalo de la concesión de indulgencias a fin de recaudar fondos para la construcción de la basílica de San Pedro

Nótese cómo se pretende justificar, una vez más, el acto irresponsable de su publicación así, de un plumazo, con el cartel de "expertos". El argumento al que acude Rodríguez aquí es más o menos este: en aquel tiempo (siglo XV-XVI) todo era corrupción, así que la Taxa seguramente es auténtica. ¿Se puede ser más superficial que esto en el campo histórico? ¿Es esto parte de la "crítica fundamentada de aquello que abordo"? Nuevamente, la peperodriguezca decencia académica.

El Sr. Rodríguez ha agregado luego un archivo donde el lector encontrará un "Listado de libros y artículos en los que se ha publicado la denominada Taxa Camarae". Queremos dejar constancia de lo que, al día de la publicación de este estudio (Agosto de 2002) figura en esa lista, a saber: cuatro versiones de una y la misma obra (de Teófilo Gay) en distintas ediciones e idiomas, un panfleto anónimo anticlerical de 1936 (cuyo paradero es desconocido para la mejores bibliotecas del mundo), y su propia obra (Mentiras Fundamentales...).

Impresionante.

También quisiéramos advertir sobre el valor de una tal "lista de publicaciones": ¿tendremos que entender, según esto, que cada vez que una obra cualquiera menciona una "Taxa", sea la que sea, se refiere a la Taxa que publica Rodríguez? Las obras de Gay que él enlista, por ejemplo, hablan de otra Taxa, como ya hemos tenido ocasión de mostrar (ver aquí ).

¿Aparecerá allí nuestra bibliografía?

IV. "Punto culminante de la corrupción humana", pero curiosamente "sin la menor importancia"

En otro lugar Rodríguez pretende restarle importancia al asunto, diciendo que su falta de fundamentos a la hora de comprobar la autenticidad del documento no le molestó, ya que la Taxa Camarae "no tenía la menor importancia dentro del conjunto del libro".

Pero esto no es así. En la introducción que él hace de la Taxa en su libro dice que se trata de "uno de los puntos culminantes de la corrupción humana". No se ve cómo un documento considerado como punto culminante de la corrupción humana pueda a la vez no tener la menor importancia en el marco de su libro. Un poco más adelante parece aclarar un tanto las cosas, pero siempre justificando toda acusación a la Iglesia de aquellos tiempos, sea auténtica o falsa:

Tal como se ha argumentado anteriormente, no puede haber una respuesta definitiva a tal cuestión. Lo que dice el documento es coherente con lo que vino sucediendo en la Iglesia católica medieval y que no es secreto para nadie, pero algo bien distinto es, obviamente, que tal listado de horrores fuese puesto por escrito y firmado por el papa al que se le atribuye.

Valoramos la justa apreciación de la oración final de este párrafo. De todos modos, nos parece que el asunto es más importante de lo que Rodríguez quiere. De todo el contexto daría la impresión que todo es lo mismo, si el "punto culminante de la corrupción humana" es auténtico o no, es lo mismo: la Iglesia estaba así de corrupta, toda ella, en todo el medioevo, y punto. Así sea, y ¡ay! del que lo ponga en duda. Lo dice con estas palabras, en un agregado reciente, al pie de una "biografía" de ciencia ficción sobre León X (de la que hablaremos al final):

 

Habrá que dilucidar, cuando se pueda acceder a todos los documentos históricos pendientes de revisar [vuelta a la leyenda], si León X fue o no el autor de la Taxa Camarae, pero ni en el más favorable de los casos mejorará un ápice la imagen de ese despreciable ser humano que se sentó en la llamada "Silla de Pedro".

Así quiere nuestro académico restarle importancia al tema, manteniendo en pie, sin embargo, la leyenda. Esperamos que los 7 MB de información del que ahora dispone en Apologetica.org le ayuden a "dilucidar" si León X fue o no el autor de la Taxa Camarae.

Esto nos trae a la mente otra afirmación, esta vez del Sr. Sapia, el cual dice en su sitio web:

La comprobación de la autenticidad o falsedad de la "Taxa Camarae" no empeorará ni mejorará el ya oscuro capítulo medieval de la Iglesia Católica respecto al abuso en la dispensación de Indulgencias.

Si le sirve de algo, Sr. Sapia, sepa que las tarifas de la curia romana y las indulgencias son dos cosas que no tienen absolutamente nada que ver una con la otra. Pero al margen de esto, y ya que usted las confunde para el visitante de su sitio, nos entristece comprobar en estas palabras la misma poca disposición hacia la verdad que detectamos en Rodríguez: si el documento simoniaco por el cual el papa vendía el perdón de los pecados (es decir, una monstruosidad) es verdadero o no, no interesa al Sr. Sapia: la corrupción era total y basta: el detalle de si los papas vendían el perdón de los pecados o bien luchaban contra semejante horror, parece que "no empeora ni mejora" nada. Curioso modo de apreciar la historia.

Además, la comprobación de la falsedad del documento más bien nos habla de otra corrupción, y no precisamente del papa, a saber, la de los irresponsables que no han tenido escrúpulos en endilgarle semejante documento al papa. ESO, a nuestro entender, es mejor candidato a "punto culminante de la corrupción humana" que las listas salariales de la curia romana.

Rodríguez asegura:

Tampoco, hasta hoy, había recibido objeción alguna, antes al contrario, de expertos de diversos países que me han enviado correcciones y ampliaciones muy meticulosas al contenido del libro donde fue reproducida, pero sin cuestionarla en absoluto.

No sabemos quiénes eran sus "expertos de diversos países", "correctores meticulosos" de su obrita, con lo cual se quiere volver a dar un cariz de seriedad a su publicación.

Nosotros le presentamos ahora, pública y formalmente, las conclusiones de nuestro trabajo, con la esperanza que el amable lector, sea de la opinión que haya sido, pueda ahora conocer la realidad histórica en base a documentos.

V. León X y la historiografía de Rodríguez.

Ya conocemos la bibliografía que maneja Rodríguez a la hora de hablar de la Iglesia Católica. Un buen ejemplo lo constituyen sus "notas sobre la vida de León X" que ofrece en su sitio web desde hace algún tiempo. La supuesta biografía del papa la toma nuestro autor del libro La vida sexual de los papas (¡por supuesto!) de Nigel Cawthorne. En cuestión de algunos párrafos se destruye la imagen de León X. Total, ¿quién podrá acceder a extensos documentos, difíciles de obtener y muchos de ellos en latín, alemán, italiano, francés o inglés, sobre la vida de este papa, para verificar lo que de él se dice?.

Como bien enseña Rodríguez en la introducción que escribe a la sátira de Cawthorne, "todo hay que advertirlo". Por ello presentamos al lector esa introducción y nuestras observaciones, con el objetivo que las mismas ayuden a desarrollar un sentido crítico de lo que se lee:

Cuando incluí el texto de la Taxa Camarae en mi libro Mentiras fundamentales de la Iglesia católica no creí oportuno adentrarme (ni hacía falta para el objetivo que abarcaba esa obra) en la disoluta vida de los papas de aquella época por considerarlo un tema de sobra conocido por todos, pero parece que los miembros de apologetica.org prefieren obviar los aspectos "humanos" de sus papas.

La autenticidad de la Taxa Camarae, por un lado, y la supuesta "disoluta vida de los papas de aquella época" (vaya generalización), por otro, son dos cosas absolutamente distintas. Todo nuestro debate trata sobre el primer aspecto, y si se hace mención del segundo es sólo en relación al primero. El apelo que ahora hace Rodríguez a la "disoluta vida de los papas" es un ardid para distraer la atención del lector.

Además, su expresión "Los miembros de apologetica.org [se refiere a este grupo de investigaciones] prefieren obviar los aspectos humanos de sus papas" es otro intento de desprestigio, lisa y llanamente. Basta leer nuestro dossier. El Sr. Rodríguez ataca con fuegos de artificio: nadie pretende obviar los aspectos humanos de los papas. Queremos, más simplemente, que no se digan sobre ellos tantos disparates, y creemos que tenemos el derecho, si no la obligación, de hacerlo, con o sin el permiso de Rodríguez.

Dicen en su web los de apologetica.org que: "Desprestigiar a la Iglesia, por otro lado, es cosa muy fácil de hacer, considerando que la Iglesia tiene dos grandes desventajas: una, la de estar formada por seres humanos (cosa que ya sabíamos antes de Gay, por cierto); otra, la de hacerse responsable de sus acciones (los católicos de hoy ven a León X y a todo el resto de Papas como sus Papas, hayan sido lo que hayan sido)". Pero, sin duda alguna, este "hayan sido lo que hayan sido" no encaja nada bien con el glorioso himno de alabanza que entonan en otra parte de su web: "Lo que hemos podido ver de los escritos auténticos de León X es tan lejano del contenido de la Taxa como el blanco del negro", ¿en qué quedamos?, pero allá cada creyente con sus peculiares justificaciones de lo injustificable...

Declarar nuestra afirmación sobre el análisis de los escritos de León X "glorioso himno de alabanza" en favor de este papa es un sofisma. No es "un glorioso himno de alabanza", es un dato científico y probado. Decimos lo que dicen los documentos y lo comparamos con la farsa que publica Rodríguez.

El "¿en qué quedamos?" no tiene ninguna lógica, no se sigue con nada. Quedamos, Sr. Rodríguez, en que nos hacemos responsables de los papas "hayan sido lo que haya sido", y quedamos también en que "lo que hemos podido ver de los escritos auténticos de León X es tan lejano del contenido de la Taxa como el blanco del negro". ¿Puede usted mostrarnos dónde está la contradicción? ¿Puede usted señalarnos dónde están las "peculiares justificaciones de lo injustificable" de "cada creyente"? ¿Quién es el que está tratando de justificar lo injustificable en este debate? ¿Y a qué se debe su ataque al "creyente"? ¿Acaso está intentando la ofensa como medio para descalificarnos? Como seguramente ha notado ya el lector, Rodríguez parece estar sugiriendo que, una vez que nos hacemos responsables de los papas con sus luces y sus sombras, tenemos que aceptar la Taxa que él publica como de León X. Pues que espere sentado.

 

No tengo tiempo ni ganas de resumir la bibliografía que trata de la corrupción papal, pero sí aprovecharé el texto que me ha enviado un lector latinoamericano al respecto. Se trata del capítulo 15 del libro La vida sexual de los Papas, de Nigel Cawthorne, editado por Grupo Editorial Tomo, S.A. de C.V. (México), en octubre de 2000. Que es la traducción del original de 1997 Sex Lives of the Popes, publicado por la londinense Prion Books Limited, y traducido por Marco Antonio Garibay M.

Vuelta a la confusión entre el tema que nos ocupa (la autenticidad de la Taxa) y la mentada "corrupción papal". Si sobre el segundo tema Rodríguez parece querer llegar a ser un experto, sobre el primero no parece poder ofrecer nada válido.

El relato de Nigel Cawthorne es fresco y directo. De su libro apenas mostramos unos párrafos referidos a los papas Julio II (1503-1513), León X (1513-1521) y Adriano VI (1522-1523). Obviamente, remitimos al lector al texto original de Nigel Cawthorne y a sus fuentes.

"Fresco y directo" está muy bien, pero más importante aún es la veracidad de lo contenido en esas notas, que después de haber leído bastante y buen material, nos permitimos poner en duda.

Cuando uno lee los muchos aspectos indecentes y delictivos de la vida de León X (propios de toda una época y más o menos generales en papas y príncipes, todo hay que advertirlo) puede preguntarse con razón: ¿qué daña más a la credibilidad y honorabilidad de la Iglesia, la atribución, cierta o falsa, de la Taxa Camarae o la vida depravada de ese Papa (y la de otros muchos)?

Los "aspectos indecentes y delictivos de la vida de León X" ¿de dónde los saca Rodríguez? ¿De la presentación que hace Cawthorne? ¿Se preocupa Rodríguez en consultar obras un poco más documentas? En estos casos, si se quiere conocer la verdad, no se debe andar repitiendo a repetidores de repetidores, sino que se debe consultar los documentos o, en el caso del amplio público, ir a los historiadores serios, que no son tales por ser católicos o no, por gustarnos o no, sino por la seriedad de sus trabajos en base a los documentos de archivo, y por la lectura serena de la realidad histórica al margen de prejuicios. En el campo historiográfico ese es el único modo de proceder válido. La página de Cawthorne, desde ya, no cumple con esas cualidades, porque se limita a repetir frases estereotipada, lugares comunes legendarios, "dicen que dijo", afirmaciones que nadie puede comprobar, etc.

También, se quiere vender a los lectores que los aspectos indecentes y delictivos son "propios de toda una época y más o menos generales en papas y príncipes, todo hay que advertirlo". Ejemplo perfecto de generalizaciones simplistas y pueriles, poco dignas de cualquier intelectual con un mínimo sentido de la responsabilidad.

Culmina Rodríguez con una pregunta: "¿qué daña más a la credibilidad y honorabilidad de la Iglesia, la atribución, cierta o falsa, de la Taxa Camarae o la vida depravada de ese Papa (y la de otros muchos)?". Este subterfugio, en realidad, continúa el intento de crear una cortina de humo para no ser descubierto en su retirada; es como si Rodríguez estuviese razonando así: que el lector se entretenga con la "vida depravada de ese Papa (y la de otros muchos)", yo me voy con el cuento de la Taxa a otra parte.

* * *

Hemos leído muy buen material sobre León X, y podemos asegurar al amable lector que Rodríguez, haciendo suya la "biografía" de Cawthorne, una vez más, divaga. Ahora bien, ya que el Sr. Rodríguez, en vez de aceptar la realidad, la quiere seguir forzando, nos comprometemos a publicar todo un volumen de von Pastor, que probablemente sea lo mejor que existe sobre el pontificado de León X, donde el lector podrá ver un amplio espectro de la vida de este papa, con sus defectos y virtudes. Somos concientes que la "historia" de Cawthorne será leída por mucha gente, mientras el volumen de von Pastor lo leerán pocos. [Nota a Junio 2003: ya está disponible la obra prometida en su edición digital]

Al final de la presentación caricaturesca de León X, Rodríguez agrega: "...Y los de apologetica.org me acusan de calumniar a León X por atribuirle la autoría de la Taxa Camarae, que no pasa de ser un cuento de hadas frente a la vida de este santo varón y príncipe de la Iglesia, pues que Santa Lucía les conserve la vista". Muy divertido, Sr. Rodríguez, pero aquí los hechos son los siguientes: ahora que toda persona interesada en el tema podrá saber que lo de la Taxa es un fraude, usted está tratando de desviar la atención y de justificar su total irresponsabilidad como escritor al hacer suya una burda farsa anticlerical y clasificarla como "punto culminante de la corrupción humana".

La vida sexual de los papas, todo lo desordenada que usted la quiera pintar, no lo salva de eso.

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