Por: Jorge Ramírez
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El Infierno eterno puede definirse como aquel lugar o estado en el que los ángeles caídos (demonios) junto con los seres humanos que se alejaron de Dios por el pecado, y murieron en enemistad con Dios, sufren tormentos por sus pecados que serán eternos.
En años recientes ha crecido de forma exponencial una doctrina protestante alternativa a la doctrina tradicional del Infierno eterno conocida como “aniquilacionismo” o “inmortalidad condicional“.
Esta creencia sostiene que después de la muerte los pecadores simplemente dejan de existir, mientras que los justos van a disfrutar de la vida eterna en el Cielo.
El Infierno eterno por lo tanto, no es un concepto aceptado por ciertos grupos religiosos, entre ellos los Testigos de Jehová, quienes niegan la inmortalidad del alma o que exista algún tipo de conciencia post-mortem, pues creen que el Seol y el Hades significa el sepulcro común de la humanidad.
En varias de sus publicaciones dejan bien marcado su oposición a la doctrina del infierno eterno. Creen que la doctrina del Infierno es diabólica y perversa ya que contradice la creencia en un Dios sumamente misericordioso (1 Juan 4:8).
“El castigo eterno es un mito y una mentira inventados por Satanás. El infierno es simplemente la fosa común de la humanidad, y seguramente no es una tortura ardiente. Una idea tan cruel proviene de las antiguas creencias babilónicas, egipcias, budistas y asirias. La Biblia nos enseña que el infierno es un lugar donde los muertos no son conscientes de nada, y obviamente no sienten dolor.” (Let God Be True (Brooklyn: Watchtower Bible and Tract Society of New York, 1952, p. 88–99.)
Relativización Moderna Del Infierno Eterno.
Antes de refutar los errores de los Testigos de Jehová sobre el infierno eterno, quiero hablar un poco acerca de cómo nuestra sociedad ha distorsionado la realidad del infierno, gracias a los errores de las sectas que promueven la herejía del aniquilacionismo.
Hoy día es común escuchar estos razonamientos: “El Infierno es solo un mito para asustar a la gente y mantenerla atrapada a una religión.” “¿Por qué no podamos disfrutar a nuestro antojo de los placeres que la vida nos ofrece si somos libres?” “¿Por qué tenemos que rendirle cuentas a un Creador de todos nuestros actos?” “Dios es un Ser sumamente bueno, jamás permitiría que la gente sufra en un Infierno.”
El erudito cristiano C.S Lewis ya había notado en la cultura de su época esta falta de sano temor respecto a Dios y al castigo del Infierno de la cultura actual cuando dijo:
“No queremos tener realmente un padre en el cielo, sino un abuelo, una benevolencia senil que disfruta viendo a los jóvenes, como suelen decir los ancianos, pasándolo en grande; un ser cuyo plan para el universo fuera sencillamente poder decir de verdad al final de cada día: todos se lo han pasado bien.”(Lewis, Clive S. The Problem of Pain. New York, Ny, Harpercollins, 2014. p. 45.)
Sin lugar a dudas que la idea de un lugar oscuro donde las almas son atormentadas noche y día en las calderas de un Infierno eterno del cual ya no se tiene salida, no cuadra con la mentalidad moderna de una vida cómoda y relajada, pese a que la Biblia apoya la doctrina del infierno.
¿Cómo puede existir el Infierno si nadie ha vuelto de allá?
En varias ocasiones he escuchado decir que si el infierno existiera alguien habría vuelto de allá para informarnos de su existencia. Aunque es cierto que “nadie ha vuelto del Infierno”, eso no prueba que el infierno no exista. Como dice el dicho: Ausencia de evidencia no es ausencia de existencia.
Es como a decir: “Como no puedo observar los pensamientos de otras personas, entonces debo asumir que no existen.” Con esa excusa podríamos arribar al absurdo que las personas no tienen una mente como la mía ergo: “porque no tengo una experiencia tangible de sus pensamientos.”
El Infierno según la teología cristiana es un lugar incorpóreo e inmaterial —si se puede ser llamado “un lugar”. Por tanto, si fuera posible que una persona regresa del Infierno, lo más probable es que lo haría de forma espiritual y por tanto invisible, lo cual implicaría no poder entablar una comunicación con alguna persona como ordinariamente sucede.
El Infierno no está aquí, pero comienza aquí.
El Infierno no está aquí, comienza aquí, como también comienza el Cielo y el Purgatorio para cada uno de nosotros. Mucha gente hoy día vive en la idea de que el Cielo y el Infierno son dos puntos lejanos en el Universo, dos fantasías que quizás nunca podamos experimentar. Creemos que la Tierra es el único lugar seguro, estable, “el centro del universo”.
La realidad es que la Tierra o la vida en la Tierra es el punto de partida hacia cada uno de los dos extremos eternos: Cielo o Infierno. En efecto, cada decisión que tomamos buena o mala nos pone más cerca de uno de estos dos extremos eternos.
C.S Lewis lo pone así:
“Preferiría con mucho decir que cada vez que hacéis una elección estáis transformando el núcleo central de lo que sois en algo ligeramente diferente de lo que erais antes. Y considerando vuestra vida como un todo, con todas sus innumerables elecciones, estáis transformando este núcleo central en una criatura celestial o en una criatura infernal… Cada uno de nosotros, en cada momento, progresa hacia un estado o hacia otro.”( Lewis, C S. Mero Cristianismo. New York, N.Y., Harpercollinspublishers, 2006. p 148)
Respuesta a los Testigos de Jehová sobre el Infierno.
Para responder adecuadamente a los testigos de Jehová, o ayudar a una persona que ha sido influenciada por las creencias de los Testigos, creo que lo primero que deberíamos discutir con ellos es la inmortalidad del alma. Después mostrar que:
- El Sheol y el Hades en la Biblia no son simplemente la tumba común de la humanidad.
- Que la Palabra Gehena no se refiere únicamente al basurero de Jerusalén: el valle del Himon.
- Que el Infierno no es un mito babilónico ni una mentira del diablo.
- Que el Infierno no está en contra de un Dios bondadoso.
¿Que significan el Sheol, Hades?
Los Testigos señalan que hubo una modificación en la definición bíblica del Infierno en el transcurso del tiempo y concluyen por tanto que la idea de un Infierno eterno es una invención no bíblica. Los Testigos dicen que el Sheol y el Hades según la Biblia es la tumba común de la humanidad.
Es verdad que la palabra griega Hadēs y la palabra hebrea She’ōl no se refieren en la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento de manera inequívoca a un lugar de tortura eterna.
Sin embargo, en el Nuevo Testamento la palabra Hades empieza a mostrar una evolución a favor del Infierno eterno. Incluso el Sheol también se refiere en ocasiones al inframundo, donde habitan los espíritus o las sombras de los muertos.
¿El Seol y el Hades son el sepulcro?
El Hades.
El Hades griego es una evolución del Sheol hebreo. Su significado es básicamente lo mismo el lugar de los muertos o el estado de los muertos. Pero en el Nuevo Testamento se habla de el Hades con más detalles que indican con claridad la existencia post-mortem. La Cyclopedia de literatura bíblica, teológica y eclesiástica dice al respecto:
“Dos o tres puntos se destacan de manera prominente en las opiniones mantenidas por los antiguos con respecto al Hades: primero, que era el lugar común de los espíritus difuntos, tanto buenos como malos; segundo, que estaba dividido en dos compartimentos, uno que contenía a los buenos, el otro un Tártaro de dolor y castigo para los malvados; y en tercer lugar, que con respecto a su localidad, estaba bajo tierra, en las regiones medias de la tierra. En lo que respecta a estos puntos, no hay diferencia material entre el hades griego y el sheol hebreo.”( McClintock, John. Strong, James. Entry for ‘Hades’. Cyclopedia of Biblical, Theological and Ecclesiastical Literature.)
“Sucedió, pues, que murió el pobre y los ángeles le llevaron al seno de Abrahán. Murió también el rico y fue sepultado. «Estando en el Abismo [Hades] entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: ‘Padre Abrahán, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado hoti odynōmai en esta llama.” (Lucas 16:22–24).
Los testigos de Jehová dicen que la parábola de Lázaro y el hombre rico es simbólica. El hombre rico representa a los fariseos de la época, y que Lázaro representa a los judíos comunes. Aunque es cierto que la parábola es una enseñanza tomada de la vida real y cotidiana a la cual va unida una enseñanza real y espiritual.
The Holman Bible Dictionary por su parte anota:
“En el NT, Hades puede representar un lugar de tormento para los malvados. Es así como Jesús usa esta palabra al condenar a Capernaum en Mat 11:23 (pasaje paralelo, Luc 10:15) y en la parábola del rico y Lázaro en Luc 16:23, donde se dice que el rico estaba “en tormentos” en el Hades. Cuando el término hades se utiliza como sinónimo del término hebreo she’ol, tal como aparece en Hch 2:27; Hch 2:31 donde Pedro cita del Salmo 16:8-11, se refiere simplemente a la tumba.( Butler, Trent C. Editor. Entry for ‘Hades’. Holman Bible Dictionary.)
Esta parábola resulta tan evidente que los discípulos de Jesús que en tantas ocasiones tuvieron que pedir aclaraciones sobre el significado de una parábola en este caso no necesitaron hacerlo; porque entendieron que Jesús estaba hablando que después de la muerte hay un castigo para los impíos y un premio para los justos.
La Watchtower altera el significado del Hades.
“Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.» Jesús le dijo: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso.»” (Lucas 23:39–43)
En la Biblia de los Testigos de Jehová se insertan dos puntos (:) después de la palabra “hoy:” con la intención de que el lector interprete las palabras de Jesús como si le prometiera el Paraíso al buen ladrón en un tiempo futuro no especificado. “Y él le contestó: “Yo te aseguro hoy: estarás conmigo en el Paraíso”. (Luc 23:43. TNM Biblia de los T.J)
¿Cuál es el justificante de la Watchtower para hacer esto? Pues porque en griego no existían las comas y para armonizarlo según ellos con el contexto. “Las comas no se usaban en los mss unciales gr. En armonía con el contexto, omitimos la coma delante de “hoy” (Notas de la TNM 1987)
El Paraíso según lo entendían los judíos en la época de Jesús era el huerto del Eden de Adan y Eva o el Seno de Abraham donde iban los justos al morir.
Citan también un pasaje de un códice conocido como el Palimpsesto Sinaítico, del Monasterio de Santa Catalina, un manuscrito de finales del siglo iv, compuesto de 358 páginas, el cual vierte este texto así: “Amén, te digo hoy que conmigo estarás en el Jardín de Edén”.
Sin embargo, el Jardín del Edén al que hace referencia este manuscrito es el Seno de Abraham, no el cielo ni el Paraíso terrenal de los Testigos de Jehová. El Comentario Del Contexto Cultural de la Biblia de Walton y Keener dice respecto al Paraíso.
“La literatura judía típicamente contrastaba el “paraíso” con el *“Gehena” o infierno. Aunque los textos judíos diferían en cuanto a la ubicación del paraíso (p. ej., en el tercer cielo o en los perímetros del círculo de la tierra, como la perspectiva griega de los Campos Elíseos), lo mencionaban frecuentemente como la habitación de los justos después de la muerte o después de la *resurrección. En consecuencia, tanto Jesús como este hombre condenado irían directamente a la habitación de los justos después de la muerte.”
Varios textos dejan claro que Jesús estaba hablando del Seno de Abraham cuando dijo: “estarás conmigo en el Paraíso”.
“En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados, en otro tiempo incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los días en que Noé construía el arca, en la que unos pocos, es decir ocho personas, fueron salvados a través del agua.” (1 Pedro 3:19–20)
Jesus Baja al Hades después de muerto, ahí va a predicar la salvación a los espíritus incrédulos y después se encontrar en el Seno de Abraham donde promete encontrarse con el buen Ladrón.
Además, todas las versiones más respetables de la Biblia inserta la coma antes de la palabra hoy, todas concuerdan que Jesús estaba hablando el ladrón estaría en el paraíso con Jesús ese mismo día.
El contexto según los expertos no favorece a una idea de un paraíso futuro como creen los TJ. El léxico Kittel dice: “El dicho enfático en Luc 23:43 es el de quien está a punto de morir; coloca el futuro inmediato en contraste con la situación presente.”
La mayoría de léxicos y diccionarios están de acuerdo que el Hades estaba dividido en dos secciones el Paraíso o Seno de Abraham, y el Hades donde iban los muertos al morir, no como la tumba comun, sino como un lugar bajo la tierra que contenía los espíritus de los muertos buenos y malos.
- 3) la parte del Hades, que fue considerada por los judíos más tarde como la morada de las almas de los piadosos hasta la resurrección: pero algunos entienden que esto es un paraíso celestial. (Definición Thayer) 7
- El paraíso escondido es la morada intermedia de los redimidos, en Luc 23:43. (Kittel)
- En Luc 23:43, la promesa del Señor al ladrón arrepentido se cumplió en el mismo día (Vine)
- El lugar de los espíritus glorificados. Lucas 23:43; 2 Cor. 12: 4; Apocalipsis 2: 7 (Nave)
- PARAÍSO. — Una palabra persa para “parque” o “jardín” (ver Huerto), usada en el pensamiento judío y cristiano posterior para representar la morada de los muertos benditos. (Hastings)
- El paraíso es el lugar de descanso bendito con Jesús, al que se recibió el alma del ladrón arrepentido hasta la resurrección del cuerpo (Lucas 23:43). (Fousset)
- La circunstancia que ha dado a este término su uso extenso y popular es que fue tomado por los traductores griegos del Pentateuco, en el siglo III a.C., y, a continuación, en la antigua versión siríaca, y por Jerónimo en la Vulgata latina, como la traducción del jardín (גָּן, gan) que la benigna providencia del Creador preparó para la morada del hombre inocente y feliz.( The Cyclopedia of Biblical, Theological, and Ecclesiastical Literature was edited by John McClintock and James Strong)
La Gehena.
La palabra Gehena es el equivalente griego de “El valle de Hinom” (Jos 15:8; 18:16; Neh 11:30). Según el Thayer Lexicon (p. 111) era el lugar donde en tiempos antiguos se ofrecían sacrificios humanos a las deidades paganas (2 Reyes 23:10, 2 Crónicas 28:3;. 33:6).
Posteriormente el valle de Hinom se transformará en un símbolo para describir el destino final eterno de todos los impíos: el Infierno. Jesús dijo que el fuego del Gehena era fuego eterno (Mat 18: 8) un fuego insaciable (Mar 9: 43-48).
La Watchtower alega que como no hay pruebas de que se arrojaran personas o animales en la Gehena de Jerusalén para ser quemados vivos o atormentados, entonces este lugar no puede simbolizar una región invisible donde se atormenta eternamente con fuego literal a las almas humanas como el Infierno.
En consecuencia, Jesús y sus discípulos usaron la Gehena como símbolo del castigo eterno llamado “la muerte segunda”, es decir, la destrucción eterna en el lago de fuego (Ap 20:14; Mt 5:22; 10:28).( Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1, Gehena)
Hay varias razones por las que dicho razonamiento no se sostiene. Primero, es irrelevante el hecho que no se hayan arrojado cuerpos humanos o de animales en la Gehena. Recordemos que es imposible hacer una analogía perfecta tomada del mundo natural para explicar lo sobrenatural.
Segundo, Jesús toma los elementos naturales de la Gehena de Jerusalén (como el hecho de arrojar desperdicios) para dar entender como Dios arrojará a las almas de los impíos y de los demonios (que son como desperdicios) en una Gehena que no es parte del mundo natural: el infierno eterno.
“Les mostraré a quién deben temer: teman a Aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar a la gehena; sí, les repito: teman a ese.” (Lucas 12:5).
Notemos además que el texto dice: “después de matar”, es decir, inmediatamente después de estar muerto el cuerpo Dios lo arroja a la Gehena.
Por tanto, no puede referirse al lago de fuego del Apocalipsis o muerte segunda, porque se habla de una acción que se cumple inmediatamente en el presente “después de matar”, después de haber quitado la vida (meta to apokteinai). “La preposición “meta” con el infinitivo articular es literalmente “después de la muerte”.” (Robertson).
La concepción judía del más allá en tiempos de Jesús, nunca implicaba una destrucción o aniquilación completa ni de los ángeles rebeldes ni de los impíos pecadores como ahora creen los Testigos de Jehová y otros grupos aniquilistas.
Por tanto la Gehena según la teología de los testigos de Jehová de hecho es un anti-tipo mucho más marcado con la idea de una destrucción eterna del diablo y los pecadores.
Además, la idea de una aniquilación del diablo y los impíos va en contra de lo que la justicia de Dios demanda: Que el pecador pague por sus sus propios pecados. Comenta P.A Hillaire:
“Para el pecador el aniquilamiento lejos de ser un mal, sería un bien. Eso es, precisamente, lo que él pide sus deseos son gozar de todos los placeres sensibles, y luego morir todo entero, para escapar de Dios y de su justicia; a esta muerte completa él la llama reposo eterno. El aniquilamiento, por tanto, no sería una sanción eficaz de la ley moral, puesto que Dios parecería impotente y sería vencido por el hombre rebelde.” (P.A Hillaire, La religión demostrada p.98)
El lago de fuego.
Según los Testigos de Jehová el lago de fuego mencionado en el libro del Apocalipsis no es el Infierno eterno, es más bien “la muerte segunda” (Rev 20:14; 21:8) en la que pecadores y demonios serán aniquilados para siempre.
Las razones para esta conclusión es que la muerte es arrojada al lago de fuego (Rev 19:20; 20:14) y como la muerte no puede ser “quemada” literalmente, no puede significar un infierno literal, por tanto el algo de fuego debe ser algo simbólico: “la angustia de saber que serás aniquilado para siempre”
Pero ahí La muerte y el Hades, aunque en realidad son abstracciones, son personificados para dar a entender que todos los enemigos de Dios o lo que está en oposición con la vida como la muerte dejarán de existir, es decir, ya no habrá muerte ni sufrimiento para los elegidos.
“El último enemigo en ser destruido καταργέω será la Muerte.” (1 Corintios 15:25–27) katargéo; de G2596 y G691; estar (dejar) enteramente inmóvil (inútil), lit. o fig.: — inutilizar, invalidar, libre, abolir, acabar, dejar, deshacer, desligar, destruir, perecer, quitar, suprimir. (Strong)
Además según los Testigos de Jehová, también se arroja a este lago al Diablo, una criatura celestial invisible, pero el fuego literal no puede hacer daño alguno a la naturaleza celestial. (Rev 20:10; compárese Éx 3:2 con Jue 13:20.)
Pero el fuego del infierno no es un fuego literal o natural. Pero como se hace referencia al fuego o lago de fuego, en un contexto sobrenatural, entonces el fuego debe ser también un fuego sobrenatural, que brota del mismo odio que los condenados tienen hacia Dios, o encendido por la justa ira de Dios.
En Apocalipsis 20:10 se dice que “Y el diablo fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.”
“Y les digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos, mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.»” (Mateo 8:11–12)
Aquí se hace alusión al lago de fuego o muerte segunda, donde habrá “llanto y el rechinar de dientes.”Esto solo se puede dar en seres concientes.
Examinando cuatro razones sobre el lago de fuego.
Los Testigos De Jehová dicen este tormento no es literal por las siguientes 4 razones.
- Para poder atormentar al Diablo eternamente, habría que mantenerlo vivo. Sin embargo, la Biblia dice que el Diablo será reducido a nada, es decir, dejará de existir (Hebreos 2:14).
Sin embargo Hebreos 2:14 no dice que el diablo dejará de existir, sino que el poder que libremente ejercía sobre los hombres será destruido. “Por tanto, como los hijos comparten la sangre y la carne, así también compartió él las mismas, para reducir a la impotencia [apollumi, gr] mediante su muerte al que tenía el dominio sobre la muerte, es decir, al diablo,” (Hebreos 2:14, BJL)
Con respecto a la palabra destruir (apollumi gr) los eruditos bíblicos concuerdan que no significa aniquilación completa o extinción eterna. W. E. Vine comenta: “La idea no es la extinción sino la ruina, la pérdida, no del ser, sino del bienestar” (pag. 1991, 211).
El renombrado erudito J. H. Thayer definió apollumi, con referencia a Mateo 10:28 donde se habla de destruir a la persona y al alma en el infierno, de la siguiente manera: “metafóricamente, dedicarse o entregarse a la miseria eterna” (1958, 64).
El profesor Oepke sostiene que apollumi no sugiere una mera “extinción de la existencia física”; más bien implica la desesperación desesperada de la separación eterna de Dios (1964, 396).
De apollumi en Mateo 10:28, A. T. Robertson escribe: “Destruir’ aquí no es aniquilación, sino castigo eterno” (1930, 83).
Las notas en la Biblia de los Testigos de Jehová de 1987 (TNM) concuerdan que Jesús vino destruir significa hacer inactivo o truncar las obras o el poder del diablo (hiciera inactivo)”.
En las referencias cruzadas citan a 1 Juan 3:8, ahí es más claro lo que Pablo quiere expresar en Hebreos 2:14. “Quien comete el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio.
El Hijo de Dios se manifestó para deshacer [λύω luō] las obras del diablo.” (1 Juan 3:8, BJL)
1 Juan 3.8 aclara que no es aniquilamiento eterno sino deshacer o truncar las obras del diablo. Las notas en la Biblia de los T.J está en acuerdo (hacer inactivo).
Esto está también en conformidad con el siguiente pasaje de donde Pablo habla no de una aniquilación total del diablo y todos los enemigos de Dios. “Él, por el contrario, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio, se sentó a la diestra de Dios para siempre, esperando desde entonces hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies (Hebreos 10:12)
El comentarista Barclay dice: “pero puede que ese sometimiento final no quiera decir la extinción de Sus enemigos, sino su sumisión a Su amor. Será el amor el que obtenga la victoria final.”
Esto estaría de acuerdo con Filipenses 2:10–1: “Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es el SEÑOR para gloria de Dios Padre.” (Filipenses 2:10–11, BJL)
“Pero la Bestia fue capturada, y con ella el falso profeta (un ser humano) —el que había realizado al servicio de la Bestia los signos con que seducía a los que habían aceptado la marca de la Bestia y a los que adoraban su imagen— los dos fueron arrojados vivos al lago del fuego que arde con azufre.” (Apocalipsis 19:20).
Se dice que los dos fueron arrojados vivos al lago del fuego que arde con azufre. Es innecesariamente inútil decir que fueron “arrojados vivos” a un lago de fuego, a menos que continuaran vivos en el lago de fuego.
- La segunda razón que ofrecen los Testigos para alegar que el lago de fuego es simbólico es que la vida eterna es un regalo de Dios, una bendición; no es un castigo (cf. Romanos 6:23).
Sin embargo aunque la vida natural y la vida eterna es un don de Dios, la vida eterna está condicionada si se cumplen sus mandamientos de Dios y la persona se aleja del pecado (Romanos 8:12–13)
El hecho que yo de un regalo a una persona no implica necesariamente que esa persona va a apreciar y valorar mi regalo. Lo mismo el regalo de la vida eterna que Dios nos promete en su Hijo (Hebreos 10:26).
- La razón número tres de los Testigos es que “la bestia salvaje y el falso profeta son símbolos, y a un símbolo no se le puede torturar literalmente.”
Sin embargo la exégesis tradicional sobre la bestia representa todo poder que se opone a Dios y a sus mandamientos en todo el mundo. En este sentido no es algo abstracto y simbólico, sino una entidad real, y un ser real.
La Misma Watchtower indica que dicha bestia es una entidad humana, no espiritual ni demoníaca. Por tanto siguiendo la misma interpretación de la Watchtower la bestia del apocalipsis que será arrojada al fuego no es una “bestia simbólica”, sino a un grupo de personas asociadas a un sistema político anticristiano.
- La cuarta y última razón que dan los Testigos, es que según “el contexto bíblico muestra que el tormento del Diablo consiste en mantenerlo restringido para siempre quitándole la vida.”
Sin embargo la Biblia no soporta tal conjetura, pese a que en la Biblia “tormento” puede referirse también a un estado de restricción o encarcelamiento (Cf. Mateo 18:34) porque en todas las instancias el tormento es un tormento consciente.
Así lo demuestra el siguiente pasaje donde los demonios saben muy bien que esperan ser atormentados eternamente y de una forma consiente: “Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?»” (Mateo 8:29, BJL)
Como los Testigos de Jehova no creen que el demonio ni los seres humanos sean atormentados o castigados en el infierno, traducen la palabra griega “castigo” (κόλασις) por “poda” o cortamiento:
El término griego para “castigo” (κόλασις) se “traduce” en la Biblia de los T.J como cortamiento o poda.
El Abismo profundo.
Los Testigos de Jehová hacen una maniobra diciendo que en Mateo 8:29 y Lucas 8:30-31 donde los demonios le ruegan a Jesús no los mande al Abismo [ἄβυσσος abussos] se hace una alusión de “atormentar y echar al abismo” de forma simbólica.
Esta interpretación obviamente es totalmente ridícula. De ser el caso entonces Jesús también dio permiso a los demonios de forma simbólica de entrar a los cerdos.
Pero en Mateo Jesús no hecha a los demonios al abismo, sino les permite se metan en los cerdos: “Y le suplicaban los demonios: «Si nos echas, mándanos al rebaño de cerdos.»” (Mateo 8:31)
Si los demonios a Jesús “le suplicaban que no les mandara irse al abismo”. (Lucas 8:31) implica entonces la existencia del infierno, porque el abismo que Thayer considera se refiere “especialmente como la morada de los demonios [Luc 8:31, Apo 9:1-2; Apo 9:11; Apo 11:7; Apo 17:8; Apo 20:1; Apo 20:3].
El abismo según los testigos de Jehová es un lugar simbólico donde no hay actividad. ¿Si el abismo es un lugar simbólico sin actividad ¿Por qué los demonios que son seres de mucha actividad no deseaban ser mandados ir ahí? ¿Qué razón tenían los demonios para decirle a Jesús que los enviara a un lugar simbólico? Simplemente no tiene ningún sentido.
El Infierno es un mito babilónico.
Escribe Jason Evert: “A menudo, los paralelos paganos que los Testigos citan simplemente no existen. Por ejemplo, los babilonios no creían en un castigo eterno de fuego. Como revela The Epic of Gilgamesh, su concepto de la otra vida era sombrío, pero es completamente diferente de la idea del infierno.”( Evert, Jason. Answering Jehovah’s Witnesses. Catholic Answers Press, 2008. P. 220.)
Los que acusan de influencia pagana a ciertas doctrinas cristianas como el Infierno, el alma inmortal, la Trinidad basándose en paralelismos en otras religiones generalmente no lo denuncian cuando hay paralelos en otras religiones con las creencias que ellos mismos sostienen (por ejemplo, paraíso eterno).
Como he señalado en otro lugar, no es suficiente con afirmar que una doctrina tiene algún parecido con alguna creencia pagana. Cada vez que alguien plantea un ejemplo de influencia pagana, o que una doctrina se originó en el paganismo uno debe exigir que dicha influencia esté debidamente documentada, no solamente afirmada.
El hecho de que muchas culturas antiguas desarrollaran una creencia similar al castigo eterno en infierno, fortalece el caso a favor de la doctrina del infierno. Demuestra por un lado que nuestra conciencia humana sabe que es contrario a la justicia de Dios que el pecado quede impune.
Choca con la idea de la justica de premio o castigo que Cristo mismo enseñó en repetidas ocasiones. “ ‘En verdad les digo que cuanto dejaron de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejaron de hacerlo.’ E irán estos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.»” (Mateo 25:45–46)
¿Podría un Dios bueno Castigar en un Infierno?
Los Testigos de Jehová como tantas otras personas que han sido influenciados por sus errores y por el materialismo, rechazan el Infierno basándonos en el dilema ético que supone que el infierno es un castigo extremo e injusto totalmente opuesto e incompatible con un Dios sumamente bondadoso y misericordioso.
Primero que nada, Dios no castiga a las personas en el Infierno, sino que el Infierno eterno es el resultado de la libre elección de cada persona en esta vida. En el Infierno solo se experimente los frutos de la libre elección de cada hombre de vivir una vida apartada de Dios.
“Dios no predestina a nadie a ir al infierno; para que eso suceda es necesaria una aversión voluntaria a Dios (un pecado mortal), y persistir en él hasta el final. Salvo que elijamos libremente amarle no podemos estar unidos con Dios”( Catecismo n. 1037; 1033)
Junto a la bondad divina está la justicia divina. Dios es bueno (1 Juan 4:8; Salmo 86:5), pero justiciero (Salmo 37:28 Gálatas 6:7). Dios por ser sumamente bueno y amoroso quiere que todos los hombres se salven (1 Timoteo 2:3-4) espera paciente que el pecador reconozca su error y se arrepienta de su vida de pecado “no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión.” (2 Pedro 3:9, cf. Ezequiel 33:11)
Pero cuando un ser humano rechaza el llamado de Dios, Dios Mismo no puede hacer nada por aquella alma; pues no forza a nadie a aceptarlo, su amor es tan grande que nos deja hacer una elección libre de nuestro destino eterno: “Él te ha puesto delante fuego y agua, extiende tu mano a lo que quieras. Ante los hombres está la vida y la muerte, a cada uno se le dará lo que prefiera.” (Eclesiástico 15:16–17)
En consecuencia, ante la elección libre del hombre hacia el bien o el mal en esta vida, se asoma en su horizonte eterno el premio o el castigo de su libre elección, de ser escrito en el libro de la vida o de ser borrado de él: “y quien no esté inscrito en el libro de la vida será arrojado al foso de fuego.” (Apocalipsis 20:15). Por lo tanto, Cielo e Infierno son decisiones personales que cada individuo toma mientras está aquí en el planeta Tierra.
Hebreos 12:6 dice: “… Pues el Señor castiga a quien ama y azota a los hijos que reconoce.” Un padre o una madre que de verdad amen a sus hijos estos los castigan para sacarlos del mal camino. Ahora, ¿qué merece un hijo criminal, que no respeta a sus padres, que por el contrario los odia, los roba, y hasta los golpea? Pues sin duda merece un castigo mayor, como un buen tiempo en algún centro correccional o la cárcel.
De la misma manera Dios permite que al morir las personas que continúan en el pecado y en la perversidad sean “encarcelados” en el infierno eterno. Y esto es así, ya que en el cielo donde todo es santidad y donde todo es amor, estas personas no tiene ahí cupo ni lugar (1 Cor 6:9-10; 1 Timoteo 1:9-10).
Imaginemos que un hombre ha sido objeto de un horrible crimen, por suerte, la policía ha detenido al criminal. ¿Pero qué pasa si el juez después de escuchar la abrumadora evidencia que apunta a la culpa de este hombre, se echa a reír y dice: “Es obvio que este hombre hizo estas cosas, pero yo creo que no haya nada malo en lo que ha hecho, dejaré a este hombre en plena libertad”.
¿Qué pensaría usted? ¿Consideraría usted que el juez entiende el concepto del amor al prójimo al bien común y a la justicia? ¿Un juez que deja libre a violadores, pederastas, traficantes de drogas y ladrones es un juez justo? Espero que su respuesta sea no.
Dios promete el castigo en la Biblia.
El amor de Dios o la idea de un dios misericordioso no es contrario al castigo de los impíos:
“No eres un Dios que ame el mal, ni es tu huésped el malvado; no resiste el arrogante tu presencia, detestas a todos los malhechores, acabas con los mentirosos; al asesino y al hipócrita los aborrece Yahvé.” (Salmo 5:5–7)
“Yahvé examina al justo y al malvado, odia al que ama la violencia. ¡Lluevan sobre el malvado brasas y azufre, y un viento abrasador como porción de su copa! Pues Yahvé es justo y ama la justicia, los rectos contemplarán su rostro.” (Salmo 11:5–7)
“Dios es juez justo, tardo a la cólera, pero un Dios que castiga cada día. Si no se convierte el hombre, afila su espada, tensa y asesta su arco, le prepara armas letales, tizones serán sus flechas.” (Salmo 7:12–14)
“Seguro que el malvado no quedará impune, más la estirpe de los justos se salvará.” (Proverbios 11:21)
Ahora, si Dios es justo y verdadero, y da a cada cual según su conducta y sus obras (Rom 2:6-10) se sigue de esto que existe el infierno o castigo eterno, ya que existen muchos criminales que no reciben el castigo que exige la justicia divina en esta vida.
Si Dios aniquilará al culpable, o no hubiera nada después de la muerte corpórea castigo para el malo y premio para el justo, su ley carecería de sanción eficaz.
Para el pecador la herejía del aniquilamiento que promueven grupos como los testigos de Jehová y demás materialistas, lejos de ser un mal, sería un bien para los criminales. Eso es precisamente lo que ellos piden: sus deseos son gozar de todos los placeres sensibles, y luego morir sin remordimientos para escapar de Dios y de su justicia. ¿Suena lógica esta doctrina de los testigos de Jehová y demás sectas de que después de la muerte no hay premio para el justo ni castigo para el impío? ¡Por supuesto que no!
El Infierno un dogma de fe.
Jesucristo resumió la doctrina del Inferno eterno en la siguiente frase: “Entonces dirá también a los de su izquierda: ‘Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.” (Mateo 25.41).
La Iglesia definió de forma definitiva como dogma de fe la existencia del Infierno eterno en el cuarto Concilio de Letrán. Así que, para un cristiano católico, no es opcional creer o no creer en el Infierno.
Por eso solo una interpretación sesgada y equivocada de la Escritura como se practica en muchas sectas protestantes modernas como los Testigos de Jehová o los materialistas, que niegan el Infierno, nos llevara a rechazar la existencia del Infierno.
Pero si dejamos que la Palabra de Dios hable por sí sola nos tira que el Infierno no es ningún mito como creen muchos que han sido engañados. Veamos a continuación algunos pasajes bíblicos donde se habla con toda claridad sobre la realidad del Infierno.
¿Dónde está el Infierno en la Biblia.
“Porque se ha inflamado el fuego de mi ira, que quemará hasta las honduras del Seol.” (Deuteronomio 32:22–24)
“Aquel día castigará Yahvé al ejército de lo alto en lo alto y a los reyes de la tierra en la tierra; serán amontonados en montón los prisioneros en el pozo, serán encerrados en la cárcel y al cabo de muchos días serán visitados.” (Isaías 24:21–22)
“Porque de antemano está preparado un Tófet —también para el rey— un foso profundo y ancho; hay paja y madera en abundancia. El aliento de Yahvé, cual torrente de azufre, lo enciende.” (Isaías 30:33)
Se espantaron en Sión los pecadores, sobrecogió el temblor a los impíos: ¿Quién de nosotros podrá habitar con el fuego consumidor? ¿quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas? (Isaías 33.14)
“Ni de noche ni de día se apagará, por siempre subirá el humo de ella. De generación en generación quedará arruinada, y nunca jamás habrá quien pase por ella.” (Isaías 34:10)
Pues miren que Yahvé en fuego viene, y como torbellino sus carros, para desfogar su cólera con ira y su amenaza con llamas de fuego. (Isaías 66.15)
Y en saliendo, verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará, y serán el asco de todo el mundo. (Isaías 66.24)
“Muchos de los que descansan en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para vergüenza y horror eternos.” (Daniel 12:2)
“Allí está Elam con toda su multitud en torno a su sepulcro; todos caídos víctimas de la espada, han bajado, incircuncisos, a los infiernos, ellos que sembraban el pánico en la tierra de los vivos. Soportan su ignominia con los que bajan a la fosa.” (Ezequiel 32:24)
¡Vuelvan los malvados al Seol, todos los paganos que de Dios se olvidan! No quedará olvidado el pobre para siempre, la esperanza de los desdichados nunca se frustrará. (Salmo 9:18–19)
¡Lluevan sobre el malvado brasas y azufre, y un viento abrasador como porción de su copa! Pues Yahvé es justo y ama la justicia, los rectos contemplarán su rostro. (Salmo 11:6–7)
“Clamarán a Yahvé, pero él no les responderá: entonces les esconderá su rostro por los crímenes que cometieron.” (Miqueas 3:4)
“ ¡Vuelvan los malvados al Seol, todos los paganos que de Dios se olvidan!” (Salmo 9:18)
“¡Lluevan sobre el malvado brasas y azufre, y un viento abrasador como porción de su copa!” (Salmo 11:6)
“Conviértelos en horno encendido, el día que aparezca tu rostro. Yahvé los tragará en su cólera, el fuego los devorará.” (Salmo 21:10)
“Caiga sobre ellos la muerte, bajen vivos al Seol, que entre ellos habita el mal!” (Salmo 55:16)
“Pues Yahvé empuña una copa, un vaso con vino drogado: lo escanciará, lo sorberán hasta las heces, lo beberán los malvados de la tierra.” (Salmo 75:9)
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los malhechores, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. (Mateo 13.41–42)
Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehena, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga. (Marcos 9.47–48)
Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a ustedes les echan fuera. (Lucas 13.28)
E irán estos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna. (Mateo 25.46)
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal. (2 Corintios 5.10)
Abrió el pozo del abismo y subió del pozo una humareda como la de un horno grande, y el sol y el aire se oscurecieron con la humareda del pozo. (Apocalipsis 9.2)
El quinto derramó su copa sobre el trono de la Bestia; y quedó su reino en tinieblas y los hombres se mordían la lengua de dolor. (Apocalipsis 16.10)
Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego. (Apocalipsis 20.15) (Cf. Salmo 9:18; 11:6; 49:14; Mateo 7.13)
“El pasaje de (2 Pedro 2: 1-10) sugiere que si Dios no perdonó a los ángeles rebeldes del fuego de ᾅδης (hadēs), ciertamente no mostrará misericordia de los falsos maestros que desvían a la gente.”( “Infierno”. Ed. John D. Barry y col. Diccionario Bíblico Lexham 2016: n. pag. Impresión.)
El Infierno en los Deuterocanónicos.
“Un haz de estopa es la reunión de los pecadores, acabará en una llamarada de fuego. El camino de los pecadores está bien enlosado, pero desemboca en lo hondo del abismo. El que guarda la Ley controla sus pensamientos, el temor del Señor culmina en la sabiduría.” (Eclesiástico 21:9–11)
Humíllate profundamente, que el castigo del impío es fuego y gusanos. (Eclesiástico 7:17)
“Los impíos, en cambio, serán castigados por sus razonamientos, por despreciar al justo y apartarse del Señor.” (Sabiduría 3:10)
“¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El Señor Omnipotente las castigará en el día del juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos, y gemirá en dolor eternamente.” (Judit 16:17)
Vemos pues que tales pasajes no dejan mucho margen para una interpretación espuria. Sin embargo, existe mucha malicia e ignorancia en el corazón del hombre actual, y por desgracia, siempre va a ver quién le dé una interpretación torcida a la Escritura.
De hecho, solo basta hacer un ejercicio de sentido común para darnos cuenta de que la existencia del Infierno está en acorde con la justicia divina, que retribuye a cada cual el resultado de sus actos libres. Es decir: si existe un premio para los justos debe de existir un castigo para los injustos.
Pero como ya se dijo: siempre van a existir personas, grupos religiosos, nuevos profetas e iluminados, que son como los emisarios del diablo que seguirán sembrando el error entre las masas para negar la doctrina del Infierno eterno.
Encima de eso tenemos a todos esos astrólogos y espiritistas que aparecen en algunos programas que promueven la omnipotencia de la mente humana, en lugar de la omnipotencia de Dios y la sumisión a los astros y a los poderes mágicos, en lugar de la sumisión a la Providencia Divina.
Pero sin lugar a dudas es mucho mejor creer en el Infierno que negar su existencia, ¿por qué? por el simple hecho de que, si llegase a existir ese horrible lugar de tormento, ya no tendríamos oportunidad de pensarlo dos veces.
Pascal lo pone así:
“Pero dime, quien te parece tiene más motivo de temer el Infierno, aquel que vive en la ignorancia de si hay Infierno, y con la certidumbre de condenarse en caso que lo haya; o aquel que está en la cierta persuasión de que hay Infierno, ¿y con la esperanza de salvarse si lo hay?”( Pascál, Blaise. Pensamientos de Pascál sobre la religión. Trad. Andrés Boggiero. Zaragoza: Vuida de Blas Miedes, 1790. Print.)
Revelacion del Infierno de Santa Faustina Kowalska.
Dios ha concedido a la humanidad dos revelaciones muy importantes en tiempos recientes sobre la realidad del Infierno. Los videntes de Fátima y a Sor Faustina Kowalska. Lo interesante de esta revelación, es que la mayoría de condenados que vio Sor Faustina no creían en el Infierno.
“Hoy, fui llevada por un ángel a los abismos del infierno. ¡Es un lugar de gran tortura, como asombrosamente grande y extenso! Los tipos de torturas que vi:
• la primera tortura del infierno es la pérdida de Dios;
• la segunda es el remordimiento perpetuo de la conciencia;
• la tercera es que la condición de uno nunca cambiará;
• la cuarta es el fuego que penetra el alma sin destruirla, un sufrimiento terrible, ya que es un fuego completamente espiritual, encendido por la ira de Dios;
• la quinta es la continua oscuridad y un terrible olor sofocante, pero a pesar de la oscuridad, los demonios y las almas de los condenados se ven unos a otros, su propia alma y la de los demás;
• la sexta es la compañía constante de satanás;
• la séptima es la horrible desesperación, el odio a Dios, las palabras viles, maldiciones y blasfemias.
Las mencionadas antes son las torturas sufridas por todos los condenados juntos, pero que no es el fin de los sufrimientos. Hay torturas especiales destinadas para las almas en particular. Estos son los tormentos de los sentidos.
Cada alma padece sufrimientos terribles e indescriptibles, relacionados con la manera en que ha pecado. Hay cavernas y hoyos de tortura donde una forma de agonía difiere de otra. Me habría muerto con la simple visión de estas torturas si la omnipotencia de Dios no me hubiera sostenido. Que el pecador sepa que va a ser torturado por toda la eternidad, en esos sentidos que fueron usados para pecar.
Estoy escribiendo esto por orden de Dios, para que ninguna alma pueda encontrar una excusa diciendo que no hay infierno, o que nadie ha estado allí, y por lo tanto nadie puede decir que no sabe.
Lo que he escrito no es más que una pálida sombra de las cosas que vi. Pero me di cuenta de una cosa: que la mayoría de las almas que hay no creen que haya un infierno.
Cuando regresé, apenas podía recuperarme del miedo. ¡Cuán terriblemente sufren las almas allí! Por consiguiente, oro aun más fervorosamente por la conversión de los pecadores. Suplico continuamente por la misericordia de Dios sobre ellos.” (Diario de Santa Faustina, 741).
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Richbell Meléndez. Laico católico dedicado a la apologética a tiempo completo y Subdirector General de la Escuela de Apologética Online DASM.