No hay que preocuparse. Es lo de siempre, por los de siempre y como siempre. Si quieren Vs. ver a la Iglesia renacer y prosperar no hay más que empezar a echar a los cristianos a los leones. Los leones actuales, más feroces y rugientes que los de los tiempos de los romanos son hoy algunos medios de difusión: TV, radios, prensa... dirigidos por los Herodes y Fariseos de todos los tiempos. En el caso reciente de los curas pedófilos, les remito al escrito de Deal Hudson : "Sobre la pedofilia de los sacerdotes". (Puede verse aquí)
Entre otras falsedades en curso desmonta los 10 mitos más utilizados, haciendo notar que: "...la pedofilia (el abuso sexual de niños preadolescentes) entre los sacerdotes es extremamente rara, pues afecta solamente al 0.3% del clero."
Por un puñado de sacerdotes pecadores, descalificar a más de mil millones de católicos es injusto y mezquino, olvidando a los miles de misioneros, y a los miles de religiosos y religiosas que sirven en hospitales, en colegios, en diferentes ONGs, cumpliendo una función impagable. Para los medios de difusión cuando se trata de protestantes o mahometanos no hay caso. El verdadero enemigo a batir es la Religión Católica. Ese pobre sacerdote, que como hombre tiene sus traspiés, será denunciado y enredado por quienes manejan y dirigen la opinión pública. El pueblo, bien movido y promovido por los fariseos de siempre, por los que juegan a ir convenciendo a Pilatos y enardeciendo a las turbas hasta que estas gritan: "A ese ¡crucifícale!"
Prensa y grupos de presión dirigen desde hace algunos años una colosal campaña de persecución contra la Iglesia Católica. ¿Por qué los hombres que dicen no creer en Dios no paran de hablar sobre El y de atacarle? ¿Por qué quieren volver a crucificar a quien, según ellos, no existe? ¿Es una estupidez o es algo peor? Estas personas, en muchos casos, son aquellas que están encadenadas por algún vicio, dominados por las pasiones, las que se arrastran animalizadas por el fango insoportable de una vida miserable. Sus razones han estado siempre encubiertas con motivos ideológicos, políticos y de defensa de la moral o de la libertad; hasta que estudios psicológicos recientes han encontrado más profundas motivaciones en nuestra propia conducta, en nuestra moralidad. Para todos esos las normas evangélicas, la Iglesia, los religiosos son los dedos acusadores que les hace insufrible verse retratados como lo que son. Y son:
Los que viven de la explotación de burdeles engañando a jóvenes mujeres necesitadas
Los que hacen firmar a sus trabajadores nóminas falsas y vacaciones no concedidas
Los que abandonan a su pareja y a sus hijos por otra persona, dejándolos en la miseria
Los ladrones de guantes blanco que roban millones impunemente y presumen de ell
Los funcionarios que prevarican, roban o engañan "legalmente"
Los políticos que se sirven de la política para medrar ellos, sus familiares y afines.
Los profesores que empujan a la juventud a la droga y al sexo so pretexto de libertad y educación
Los sacerdotes o religiosos que desertan de sus funciones, traicionando y escandalizando a sus rebaños
Los violentos y criminales que extorsionan, asesinan y roban bajo excusas nacionalistas u otras
Los que se enriquecen prostituyendo a la juventud con el comercio de drogas y sexo
Los que asesinan a sus hijos antes de nacer
Los que denigran al matrimonio tradicional igualándolo con las parejas de homosexuales
Todos estos, y los que Vs. quieran añadir más, necesitan, necesitamos, justificar, ante nosotros mismos y ante los demás, una vida que nos repugna y no tenemos coraje para cambiar. Entonces, mientras llenos de cólera rechinamos los dientes ante el dedo acusador, contraatacamos "Matando al mensajero", revolviendo el charco con el "Tu eres más" o, como pasaba en el Antiguo Testamento, "persiguiendo y destruyendo al profeta" – hoy la Iglesia- que se atrevía a enfrentarse a los poderosos. Teólogos antiguos precisaron que " Si la Iglesia ataca al vicio, el vicio ataca a la Iglesia". En esa estamos
¿Saben estos a qué y a quienes atacan? La grandeza y la debilidad del cristianismo reside en que Jesús manda: "...Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian... perdonad hasta 70 veces siete....amar al prójimo como a ti mismo..." Y esto no hay quien lo aguante. ¿En los estatutos de que ideología o programa político hay nada parecido? ¿No es una inmensa estupidez atacar a esta maravilla de doctrina? Intelectualmente no es válido el pretexto de que algunos de sus miembros no la cumplen. Díganme una sola religión, doctrina o ideología política cualquiera que no tenga sus traidores. El mismo Jesús tuvo su Judas. Y seguirán existiendo los Judas mientras los hombres no sean ángeles. Aplíquese la ley sin contemplaciones a "cualquiera" que se la salte, sea quien sea; pero esto no autoriza a eliminar al Ministerio del Ejército porque haya militares traidores, ni al Ministerio de Justicia porque existan jueces prevaricadores, ni a eliminar al Gobierno porque haya políticos corruptos. ¿Porqué no se trata a la Iglesia con análogo sentido común y de justicia? ¿Tendrán razón los que creen que la virtud, la perfección y la excelencia son insoportables para muchos?.
Los ataques a la Iglesia bien orquestados han adormecido a muchos católicos, que andan acongojados, escondiéndose por los rincones, avergonzados, sin dar la cara "Porque el ambiente no es propicio", " Porque no es lo políticamente correcto", " Porque no está de moda"... ¿Lo era cuando Cristo vino al mundo? ¿Lo era cuando los cristianos defendían su fe ante las fieras en los circos romanos? Jesús ante la violencia nos invitó a poner "la otra mejilla"; pero después de "la otra" no dijo más, y nos toca a nosotros resolver. Además, Cristo advierte: "Si alguien se avergonzare de mi y de mis palabras... también el Hijo del Hombre se avergonzará de él...". "No se complacerá ya mi alma en el que cobarde se oculta".
A pesar de los pesares, la Iglesia católica es el escudo más fuerte que le queda a esta sociedad contra la desmoralización, la desesperanza y la carencia de un norte; por eso se la ataca con tanta saña y furia. Eliminad la Iglesia, y el mundo perderá su brújula y andará a la deriva de las manos de cuatro poderosos sin más leyes que las suyas. ¿Qué la sustituiría? ¿Esas ideologías que duran unos años, mueren y dejan tras sí un rastro de miseria, ruina y muerte? Cada siglo hay quien cree haber matado a la Iglesia. La Iglesia se levante y sigue andando, mientras los huesos de sus matadores yacen en las orillas de la Historia.
Recientemente, "Leonardo Mondadori, el hombre más poderoso del mundo editorial italiano y hasta hace poco uno de los millonarios más cínicos, antirreligiosos y "pendones" de Europa, acaba de hacer pública su conversión al catolicismo. En su libro: "Conversión. Una Historia personal" nos cuenta como ha encontrado sentido a su vida, y la paz y la alegría de vivir. En los Evangelios, dice, se encuentra todo lo que hace falta para hacer frente a los problemas vitales de todos los hombres y mujeres de todos los tiempos." El día que los gobernantes los lean, encontrarán en ellos el mejor programa político y de gobierno. Dos exigencias: Han de ser hombres de buena voluntad, y leerlos diariamente, como si fuese la primera vez con los ojos y el corazón limpios, como los niños.
Alejo Fernández Pérez
Mérida, enero de 2003
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