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Por: Luis Santamaría

 

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En todas las culturas hay supersticiones, están muy extendidas, pero son incompatibles con la fe cristiana

 

Superstición viene del latín, de la palabra superstitio, que a su vez procede de: super, encima; stare, permanecer. El sentido etimológico, por tanto, nos lleva a todo aquello que está por encima de lo establecido, lo que pervive en la mente de la gente como algo sobreañadido.

 

¿En qué consiste la superstición?

 

Yendo a la definición, esto es lo que dice el Diccionario de la Real Academia Española:

 

“Creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón”.

 

Por tanto, hablamos de una creencia, pero de una creencia que es extraña a la fe y se sitúa fuera del ámbito de lo religioso.

 

Además es contraria a la razón. En la fe, si bien no hablamos de saberes racionales, porque muchos exceden las capacidades intelectivas del ser humano, sí los consideramos razonables conforme a la razón de la persona.

 

Hablamos, entonces, de una “creencia irracional”. Por ejemplo, el famoso Diccionario Espasa, cercano ya a cumplir un siglo, nos da una segunda definición después de la ya recogida por la RAE: “Creencia ridícula y llevada al fanatismo sobre materias religiosas”. La connotación es claramente negativa.

 

¿Desde cuándo el hombre es supersticioso?

 

Creo que no nos equivocamos si decimos que ha existido siempre. Pensemos en amuletos, ritos, costumbres sin mucho sentido práctico… en todas las épocas de la historia y en todos los lugares del mundo.

 

Pero hemos de tener en cuenta que normalmente la etiqueta de “superstición” ha sido puesta por algunas culturas y civilizaciones a actitudes y prácticas de otras culturas o grupos anteriores, contemporáneos y vecinos, o a sectores de su propia población, con un claro componente crítico y de afirmación de lo positivo de la propia posición frente a lo que se considera inferior o menos formado.

 

Un ejemplo: los antiguos griegos llamaban deisidaimonía al comportamiento religioso que nacía de un miedo no racional, sin motivos, y por ello fruto de ignorancia, en presencia de los dioses, a los cuales se atribuía la facultad o la voluntad caprichosa de intervenir en la vida de los hombres.

 

Los romanos le daban un sentido de exageración en la práctica religiosa. Así, religio sería la relación correcta con los dioses, mientras que superstitio denotaría una relación incorrecta.

 

¿La superstición tiene algo que ver con la magia?

 

Claro que sí. Acabamos de ver cómo el mundo clásico se refiere a la superstición como una actitud personal que responde al miedo y a la ignorancia.

 

Por eso se ponen en práctica acciones rituales y prácticas religiosas encaminadas a dos objetivos principales. El primero, alejar el miedo bajo cuya amenaza se está o las intervenciones nocivas de los dioses. Es un objetivo defensivo.

 

El segundo consiste en obtener también de los dioses protección y benevolencia en determinadas circunstancias, o bien, por motivos de escrúpulo interior, satisfacer de modo sobreabundante la deuda religiosa con los dioses.

 

Estamos hablando aquí de algo que, si no es magia, se le parece mucho: una relación en la que la persona quiere tomar el control y dominar, en la medida de lo posible, aquellas fuerzas sobrenaturales que le sobrepasan y con las que quiere estar en paz.

 

Ya lo decía Cicerón:

“Se llama supersticiosos a quienes rezan u ofrecen sacrificios todos los días para que sus hijos les sobrevivan”.

 

¿Desaparecen las supersticiones cuando se produce la evangelización?

 

Cuando una cultura se encuentra con el Evangelio de Cristo, cuando recibe este regalo, el mismo encuentro trae consigo la exigencia de dejar de lado todas esas actitudes religiosas irracionales para convertirse al Logos, al Señor Jesús, único Dios, razón de todo lo que existe.

 

Sin embargo, la realidad nos muestra que las supersticiones no desaparecen.

 

En primer lugar, porque no todos acogen la buena noticia y se convierten. Y en segundo lugar, porque los que se convierten continúan bajo la influencia de nuestra naturaleza humana, débil y pecadora.

 

El papa Francisco se refiere precisamente a esto en la exhortación apostólica Evangelii gaudium:

 

“En el caso de las culturas populares de pueblos católicos, podemos reconocer algunas debilidades que todavía deben ser sanadas por el Evangelio: el machismo, el alcoholismo, la violencia doméstica, una escasa participación en la Eucaristía, creencias fatalistas o supersticiosas que hacen recurrir a la brujería, etc. Pero es precisamente la piedad popular el mejor punto de partida para sanarlas y liberarlas” (n. 69).

 

¿Qué han dicho los Padres de la Iglesia sobre la superstición?

 

El apologista Lactancio, del siglo III, amplió lo que decía Cicerón de los supersticiosos. Es muy interesante este cambio cristiano del sentido de la palabra. Fíjate:

 

“Los supersticiosos no son aquellos que esperan que sus hijos les sobrevivan —eso lo esperamos todos—, sino quienes veneran la memoria de los difuntos para que sobreviva a ellos, o incluso aquellos que mediante imágenes de sus padres rinden culto como lo hacen con sus dioses penates”.

 

Así, Lactancio contrapone religión a superstición, identificando la superstición con la idolatría, algo incompatible con la fe monoteísta del cristianismo.

 

Si vamos al siglo siguiente, el gran san Agustín da un paso más, afirmando que las supersticiones no son otra cosa que la supervivencia del paganismo, de la idolatría que no acaba de desaparecer en los corazones de los hombres a pesar de la difusión de la religión cristiana, que para entonces ya estaba bastante extendida en el Imperio romano. Él dice:

 

“Es supersticioso aquello instituido por los hombres para crear ídolos y venerarlos o rendir culto a una criatura o parte de una criatura como si se tratase de Dios, o para consultar a los demonios y sellar a través de ciertos acuerdos una comunicación con ellos”.

 

¿Qué dice el Magisterio de la Iglesia?

 

Un católico no debe tener supersticiones, no son coherentes con la fe. El mismo Catecismo de la Iglesia Católica deja clara la postura creyente frente a la superstición. El contexto es el primer mandamiento: Amarás a Dios sobre todas las cosas.

 

Y nos dice, este texto que transmite la fe de la Iglesia:

 

“El primer mandamiento prohíbe honrar a dioses distintos del Único Señor que se ha revelado a su pueblo”.

 

Claro, leemos esto y pensamos enseguida en el politeísmo, en la idolatría, en la adoración de otros dioses. Sin embargo, el Catecismo aclara que el primer mandamiento también “proscribe la superstición”, que “representa en cierta manera una perversión, por exceso, de la religión” (CEC 2110).

 

Y el Catecismo dedica un número a explicar la superstición, el n. 2111:

 

“La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición”.

 

Los sacramentos no son mágicos

 

Como puede verse, el Catecismo es valiente a la hora de hacer una denuncia profética no sólo de una superstición externa y pagana, que demuestra la superioridad del cristianismo, sino del riesgo interno de vivir los sacramentos y los ritos católicos de forma supersticiosa, con una actitud mágica.

 

Así que no sólo es negativo y reprobable creerse lo del número 13, los gatos negros, pasar debajo de una escalera… sino también un entendimiento de este tipo de los sacramentos y de los sacramentales de la Iglesia.

 

Porque, no podemos negarlo, hay gente que entiende así el bautismo, la comunión, el agua bendita, las bendiciones, la ceniza, etc.

 

¿Cuándo es pecado la superstición?

 

La superstición es objetivamente un pecado contra el primer mandamiento, como señala el Catecismo. Contra Dios y la adoración que le debemos.

 

Por supuesto, habría que tener en cuenta la imputabilidad en la persona, porque pueden darse muchas circunstancias que intervengan.

 

Quizá alguien es lo que ha recibido por formación, o lo que ve en el ambiente, o lo vive por un miedo invencible… o nunca le ha oído a un sacerdote, a un catequista… hablar sobre esto.

 

Pero sí lo es, sin duda, en tanto que el pecado es una ofensa a Dios, la superstición lo es, porque aparta nuestro corazón de Él.

 

El pecado mortal “aparta al hombre de Dios, que es su fin último y su bienaventuranza, prefiriendo un bien inferior” (CEC 1855). Y, al fin y al cabo, ¿no es precisamente esto la superstición?

 

Claro, para que se dé este pecado grave, se requiere que haya plena conciencia y entero consentimiento, que sea una elección personal.

 

EVANGELIZA Y COMPARTE.

 

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Richbell Meléndez. Laico católico dedicado a tiempo completo a la apologética al servicio de Dios y subdirector de la Escuela de Apologética Online DASM.

 

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Por: Jorge Ramírez



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Los cristianos creemos que el Espíritu Santo es una persona y es Dios, pero los Testigos de Jehová creen que El Espíritu Santo es una Fuerza impersonal, como las ondas de radio, o la electricidad.



“[El Espíritu Santo] no es una persona, sino una fuerza poderosa que Dios hace emanar de sí mismo para llevar a cabo su santa voluntad. (Sal 104:30; 2 Ped 1:21; Hech. 4:31) (Razonamiento a Partir de las Escritura, p. 136)



Respondere a continuación a los principales argumentos de los Testigos en contra de la personalidad del Espíritu Santo.



Tabla de contenido.

• El Espíritu Santo es una fuerza impersonal.

• El Espíritu Santo no es una persona

• Personificación del Espíritu.

• ¿Dios derrama una parte de sí Mismo?

• El Espíritu Santo de Jehová y de Cristo.

• Es omnisapiente y tiene inteligencia.

• Es omnipresente y eterno.

• El Espíritu tiene la capacidad de crear, como Dios.

• Tiene voluntad y toma decisiones.

• Se le puede poner triste (ofender)

• Enseña y guia.

• El Espíritu Habla.



El Espíritu Santo es una fuerza impersonal.



Razonamiento. El espíritu santo de Dios es su poder, o fuerza, en acción, (Miqueas 3:8; Lucas 24:49; Hech 4:31)



Respuesta. Aunque el Espíritu Santo puede ser considerado como “una fuerza”, esta fuerza tiene la capacidad de actuar o ejercer poder por Sí misma en comunión con el Padre y el Hijo.



“Para que les conceda, por la riqueza de su gloria, fortalecerlos interiormente, mediante la acción [gr. δύναμις dunamis] de su Espíritu” (Efe 3:16 BJL)



“Y mi palabra y mi predicación no se apoyaban en persuasivos discursos de sabiduría, sino en la demostración del Espíritu y de su poder para que su fe se fundara, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios.” (1 Cor 2:4–5 BJL)



Como dice Jimmy Akin: “Una fuerza impersonal como la luz, el aire, las ondas eléctricas no conocen las cosas ni toman decisiones, pero el Espíritu Santo hace ambas cosas.



El Espíritu Santo conoce los pensamientos de Dios (1 Cor 2:11) y elige cómo se distribuirán los dones espirituales (1 Cor 12:11). Por tanto, el Espíritu Santo tiene los atributos personales de intelecto y voluntad propios de una persona.” (Jimmy Akin. A Daily Defense)

El Espíritu Santo no es una persona



Razonamiento. “La Biblia dice que cuando María, la madre de Jesús, fue a visitar a su prima Isabel que estaba embarazada, la criatura saltó en su vientre “y Elisabet se llenó de Espíritu Santo” (Lucas 1:41). ¿Le parece lógico afirmar que una persona “se llenó” de otra?”



Respuesta. El razonamiento asume que el Espíritu Santo es una persona humana. Una persona es simplemente aquel ser que posee inteligencia, voluntad, libertad para actuar por sí misma.



Una persona humana no puede llenar otra persona literalmente, una persona espiritual como un demonio si puede llenar “o tomar posesión” de una persona.



“El Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios . “En efecto, ¿qué hombre conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios.” (1 Corintios 2:11, BJL)



Si el Espíritu Santo “todo los sondea” hasta las profundidades o lo íntimo de Dios, entonces debe llenar a Dios mismo para conocerle. ¿Le parece logico que una fuerza impersonal pueda conocer a Dios? Pero solo Dios conoce a Dios, por tanto el Espíritu es Dios.



Respuesta #2. Ser lleno del Espíritu Santo en la Biblia significa ser controlado, movido, incitado, ungido, por el Espíritu.



“Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: «Jefes del pueblo y ancianos,” (Hechos 4:8, BJL)



“No se embriaguen con vino, llénense más bien del Espíritu.” (Efesios 5:18, BJL)



La idea de ser controlados por una sustancia como el vino es paralelo a la idea de ser controlado por la fuerza del Espíritu Santo.



Esto se ve aún más claro en el siguiente pasaje:



“El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien pondrás por nombre Juan; estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre, y convertirá al Señor su Dios a muchos de los hijos de Israel e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y a los rebeldes” (Lucas 1:13–17).



Lo que quiere decir con el hecho que el bautista se llenó del Espíritu Santo, significa que se llenó del espíritu profético y el celo de Elías para anunciar la Palabra del Señor.



“No dice en el alma de Elías, sino en el espíritu y en la virtud de Elías. El espíritu, que había estado en Elías, vino a posar sobre San Juan, y del mismo modo su virtud.” (Orígenes, homilia 3 in Matthaeum)



Razonamiento. “Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.” (1 Corintios 12:13) Una persona no se puede beber, por tanto el Espíritu no es una persona.



Respuesta. El contexto dá la respuesta como se debe interpretar: “hemos bebido de un solo Espíritu” “Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados” (v.13).



Pablo no está hablando de beber literalmente a una persona, sino de participar en un mismo bautismo en la gracia del Espíritu.



En este sentido todos los bautizados participan [beben] del Espíritu de Dios, le reciben como una Persona morando en ellos por el bautismo.

Personificación del Espíritu.



Razonamiento. No es rara la personificación Personificación*3 de ciertas cosas en las Escrituras. Se dice que la sabiduría tiene hijos. (Lucas 7:35.) Se llama reyes al pecado y la muerte. (Romanos 5:14-21) etc. También el Espíritu Santo a veces se describe de manera no-personal, como “aliento” “aire”, “fuego” “agua que se derrama” o como una paloma (Mar 1:10). Expresiones como muestran que el Espíritu Santo no es una persona.



Respuesta. El hecho que se personifiquen las cosas no quiere decir que el Espíritu Santo no sea una persona.



Bajo esa lógica también se podría decir que el Padre no es una persona porque en algunos lugares se le describe de forma no personal.



• “La presencia de Dios en una nube” Núm 9:17

• “Dios es fuego devorador.” (Deut 4:24; Heb 12:29)

• “Dios es Amor.” (1 Juan 4:8)

• “Una zarza ardiendo.” Éxodo 3:2–4



Respuesta #2. Las descripciones que se hacen del Espíritu representan simbólicamente su acción, no su persona o esencia.



Cuando se describe al Espíritu como “aliento” significa vida, porque el aliento es vida (Job 27:3; Salmo 104:30; Hechos 17:25;). “Pues me hizo el soplo de Dios y Shaddai me alentó vida.” (Job 33:4, BJL)



Cuando se describe al Espíritu como “aire”, significa que, así como el viento “sopla donde quiere” (Juan 3:8) así el Espíritu sopla o está “donde quiera” es decir, es omnipresente (Salmo 139:7–8).



Cuando se describe como fuego (Hech 2.3), se refiere a la gracia que da el Espíritu Santo y que enciende el alma o el corazón (Lucas 24:32) para anunciar la Buena noticia con valentía a todas las personas.



Por eso en el siguiente verso (V.4) fueron llenos de los dones del Espíritu Santo; para propagar el evangelio. A esto se refería Jesús cuando dijo: “Permanezcan en la ciudad hasta que sean revestidos de poder desde lo alto.” (Lucas 24:49).



Cuando el Espíritu Santo se posa sobre Jesús en forma de la paloma (Luc 3:22; Jn 1:32) era un signo que confirmó a Jesús como el Mesías, que Dios empezaba a instaurar un Reino Nuevo.



La imagen del Espíritu se remonta a la creación cuando el Espíritu de Dios “aleteaba sobre las aguas” (Génesis 1:2). Es un signo para darnos a entender que antes de Cristo “La tierra era caos y confusión y oscuridad”.



La paloma fue símbolo de la paz en Génesis 8:11 después del diluvio que representa un tipo del bautismo en el NT. (1 Pedro 3:19–21).



El Mesías debía ser el príncipe de la paz (Isaías 9:5) por eso al presentarse el Espíritu de Dios como una paloma era un indicativo o anuncio para todos que Jesús era el Mesías prometido por los profetas.



Lo mismo las otras representaciones del Espíritu “que se derrama, que unge” tienen como propósito ilustrar la acción del espíritu en el alma del Mesías y de creyente (Lucas 4:18).



Razonamiento. En 1 Juan 5:6-8 también se dice que, no solo el espíritu, sino también “el agua y la sangre” son testigos. Sin embargo, es obvio que el agua y la sangre no son personas, como tampoco lo es el espíritu santo.



Respuesta. Es posible agrupar cosas impersonales (el agua y la sangre) y personificarlas para conferir la idea de que también pueden dar testimonio como o junto a una persona (El Espíritu). “El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios.” (Rom 8:16)



La sangre que Cristo derramó en la cruz testifica. Por eso dice San Pablo: “Mientras los judíos piden signos y los griegos buscan sabiduría nosotros predicamos a un Cristo crucificado” (1 Corintios 1:22–23)



El Agua testifica que Cristo es el Mesías en el bautismo. La misma Watchtower reconoce:



“El agua del bautismo testificó que Jesús era el Hijo de Dios. Porque fue al tiempo del bautismo de Jesús que Jehová Dios reconoció a Jesús como su Hijo, diciendo: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.” (Mat.3:17) (¿Quiénes son los “tres que dan testimonio”? ¡Despertad! 1970)



También reconoce que El Espíritu Santo da testimonio por su propia cuenta:



¿Qué es “el espíritu” que da testimonio de que Jesús es el Hijo de Dios? Es la fuerza activa o espíritu santo de Jehová. Dio testimonio tanto al testificar de Jesús como Hijo de Dios como al dar a Jesucristo poder para llevar a cabo su comisión como el Hijo de Dios.”



El hecho de no distinguir entre cosas que se personifican y una persona cuando se asocian, es cometer la falacia de asociación.



“En lógica, la falacia de asociación es una falacia inductiva en la que se afirma que las cualidades de un objeto específico corresponden con las de un grupo general, mediante una relación intrascendente. Se sostiene que las cualidades de uno son intrínsecamente o esencialmente cualidades de otro simplemente por asociación.”



Además, siempre que la Escritura personifican realidades impersonales, (el agua, la sangre, la muerte, o el pecado) todos conocen y conocemos bien que se trata de realidades abstractas e impersonales.



Por eso, la interpretación literal de la Biblia debe gobernar el sentido tipológico o alegórico no al revés como dice esta página web. “Cuando un pasaje atribuye características personales o acciones a una cosa, y este pasaje no se puede interpretar literalmente.



Por ejemplo cuando dice “aplaudan los ríos, aclamen los montes,” (Salmo 98:8) es evidente que el pasaje está usando personificación. Sin embargo, si esta señal ordinaria está ausente, es lógico que el pasaje no esté usando personificación.



“Sin embargo, cuando nos dirigimos a los pasajes del Nuevo Testamento que describen la persona y la obra del Espíritu Santo, esta señal ordinaria está ausente.



Es decir, nunca se intenta personificar al Espíritu, sino que se dice que el Espíritu Santo realmente está realizando aquella acción: guía, habla, enseña, se entristece, alienta, etc.”



¿Dios derrama una parte de sí Mismo?



Razonamiento. En Hechos 2:17 leemos: “Y en los últimos días —dice Dios— derramaré algo de mi espíritu sobre toda clase de carne”. ¿Podría Dios derramar una porción de un ser igual a él?



Respuesta. El pasaje no dice textualmente: “derramaré algo de mi Espíritu” sino “derramaré mi Espíritu” (Cf. Joel 2:28). Dios es espíritu (Juan 4:24) no esté compuesto de “porciones”, lo mismo su Espíritu Santo.



Lo que se derrama o se distribuye no es la porción de una Persona sino su don de profecía.



Números 11:25 dice: “Bajó Yahvé en la Nube y le habló. Luego tomó algo del espíritu que había en él y se lo dio a los setenta ancianos. Y en cuanto reposó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar, pero ya no volvieron a hacerlo más.” (Números 11:25, BJL)



Por tanto en Hechos 2:17 habla de cómo se participa del mismo poder profético del Espíritu, así como Juan el Bautista participó del mismo poder profético de Elías (Lucas 1:17).



El Espíritu Santo de Jehová y de Cristo.



“Tuviste paciencia con ellos durante muchos años; les advertiste [Jehová] por tu espíritu, por boca de tus profetas; pero ellos no escucharon. Y los pusiste en manos de las gentes de los países.” (Neh 9:30)



“Sobre esta salvación investigaron e indagaron los profetas, que profetizaron sobre la gracia destinada a ustedes, procurando descubrir a qué tiempo y a qué circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos.” (1 Ped 1:10–11)



Comentario. Los profetas del Antiguo Testamento profetizaron sobre la venida del Mesías por el Espíritu de Cristo que estaba en ellos según (1 Ped 1:10–11).



Pero este Espíritu es el Espíritu de Jehová en el Antiguo Testamento “estoy lleno de fuerza de espíritu de Jehová (Miq 3:8).



Por tanto, el Espíritu Santo de Jehová que habló por los profetas en el Antiguo Testamento, es el mismo Espíritu de Cristo que testifica en su Favor en el Nuevo Testamento (Juan 16:13–15; Hech 2:3–4).



Veamos otro ejemplo.



Entonces oí la voz de Jehová diciendo: “¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?” (Isa 6:8 TNM)



Con razón el Espíritu Santo les habló a sus antepasados mediante el profeta Isaías. (Hech 28:25–26 TNM)



Comentario. Aquí Pablo en Hech 28:25–26 dice que el Espíritu Santo habló por medio del profeta Isaías, pero Isa 6:8 dice que era la voz de Jehová.



Otro ejemplo más.



“Van a llegar días —oráculo de Yahvé— en que yo pactaré con la casa de Israel (y con la casa de Judá) una nueva alianza después de aquellos días, pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.” (Jeremías 31:33)



“También el Espíritu Santo nos lo atestigua. Porque, después de haber dicho: Esta es la alianza que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en su mente las grabaré, añade: Y de sus pecados e iniquidades no me acordaré ya.” (Heb 10:15–17)



Comentario. En Jeremías 31:33 se nos dice que el oráculo es de Yahvé o Jehová, pero Heb 10:15–17 nos dice que fue el Espíritu quien lo atestigua.



Es omnisapiente y tiene inteligencia.



La Escritura muestra con toda claridad que el Espíritu Santo es una persona divina. Recordemos que cuando decimos que el Espíritu santo es una persona no estamos diciendo que es lo mismo que una persona humana o angelical.



“El Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios.” (1 Cor 2:10–11) (Solo Dios conoce a Dios)



“¿Quién abarcó el espíritu de Yahvé, y como consejero suyo le enseñó?” (Isaías 40:13) (No se puede enseñar a una fuerza impersonal como la electricidad)



“Pero hay un espíritu en el hombre, el soplo de Shaddai, que lo hace inteligente.” (Job 32:8) (Una fuerza no te puede hacer inteligente)



“…dijo el Espíritu Santo: «Sepárenme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los tengo llamados.»” (Hechos 13:2)



Comentario. Aquí no solo se muestra que el Espíritu habla interiormente a las personas, sino que se involucra directamente en los asuntos de la Iglesia como cualquier persona.



Ademas el Espíritu Santo incluso se cita usando el pronombre personal “Yo” hablando en primera persona: «Sepárenme y a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los tengo llamados.»”



“Y de igual manera, también el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos pedir como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables, y el que escruta los corazones conoce cuál es la aspiración [gr. Φρόνημα phronēma] del Espíritu, y que su intercesión a favor de los santos es según Dios.” (Romanos 8:26–27)



Comentario. El que escruta los corazones es Dios Padre (1 Rey 8:39; 1 Cro 28:9; Jer 11.20) y conoce la aspiración o mente del Espíritu [gr. Φρόνημα phronēma]. Según la definición Thayer: “Literalmente. “intenciones”.1) lo que uno tiene en la mente, los pensamientos y propósitos”



Pero una fuerza no tiene mente, luego el Espíritu Santo no es una fuerza sino una persona. “El Espíritu viene en nuestra ayuda para pedir e interceder por nosotros con gemidos inefables”. Estos son atributos personales y no se pueden atribuir a una fuerza o energía.



Es omnipresente y eterno.



“¿Adónde iré lejos de tu espíritu, adónde podré huir de tu presencia? Si subo hasta el cielo, allí estás tú, si me acuesto en el Seol, allí estás.” (Salmo 139:7–8)



“Cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo” (Heb 9:14)



La acción creadora del Espíritu como Dios.



“¿Por qué determinaste en tu corazón hacer esto? No has mentido a los hombres, sino a Dios.»” (Hechos 5:4)



El Espíritu tiene la capacidad de crear, como Dios.



“pues me hizo el soplo de Dios y Shaddai me alentó vida.” (Job 33:4, BJL)



“Si envías tu aliento, son creados, y renuevas la faz de la tierra.” (Salmo 104:30)



“Si vivimos por el Espíritu, sigamos también al Espíritu.” (Gál 5:25)



“pues la letra mata mas el Espíritu da vida.” (2 Corintios 3:6, BJL)



“El origen de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de vivir ellos juntos, se encontró que estaba embarazada por obra del Espíritu Santo. Su marido José, que era justo, pero no quería difamarla, resolvió repudiarla en privado. Así lo tenía planeado, cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.” (Mateo 1:18–20, BJL)



Escribe San Justino: “La verdad es que nuestro Dios Jesús, el Ungido, fue llevado por María en su seno conforme a la dispensación de Dios; del linaje cierto de David; por obra empero del Espíritu Santo. El cual nació y fue bautizado, a fin de purificar el agua con su pasión.” (Carta a los Efésios, Cap. 18)



Tiene voluntad y toma decisiones.



“Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad.” (1 Corintios 12:11)



Comentario. Una fuerza impersonal no puede distribuir algo si no tiene voluntad. Por lo tanto el Espíritu Santo es una persona, porque solo las personas tiene voluntad.



“Tengan cuidado de toda la grey, en medio de la cual les ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes.” (Hech 20:28)



“Atravesaron Frigia y la región de Galacia, pues el Espíritu Santo les había impedido predicar la palabra en Asia.” (Hech 16:6)



“Que hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponerles más cargas que éstas indispensables” (Hechos 15:28).



Comentario. Si los Apóstoles hubieran creído que el Espíritu Santo es una fuerza impersonal nunca habrían pensado que una fuerza inanimada e impersonal puede tomar decisiones.



Se le puede poner triste (ofender)



“Mas ellos se rebelaron y contristaron a su espíritu santo, y él se convirtió en su enemigo, guerreó contra ellos.” (Isaías 63:10, BJL)



“No entristezcan al Espíritu Santo de Dios, con el que fueron sellados para el día de la redención.” (Efesios 4:30, BJL)



“Y Pedro le replicó: «¿Cómo se han puesto de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? Mira, aquí a la puerta están los pies de los que han enterrado a tu marido; ellos te llevarán también a ti.»” (Hechos 5:9)



Comentario. ¿Como se puede poner por enemigo a una fuerza como las ondas de radio? Eso es totalmente ilógico, pero eso nos quieren hacer creer los Testigos de Jehová.



“Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno.» Es que decían: «Está poseído por un espíritu inmundo.»” (Marcos 3:29–30, BJL)



Comentario. ¿Le parece logico pecar en contra una fuerza como la electricidad y encima de eso no obtener el perdón de Dios? Eso es ridículo y absurdo.



La palabra blasfemar βλασφημέω blasphēmeō segun Thayer Definición: 1) hablar con reproche, injuriar, vituperar, calumniar, blasfemar. Pero no se puede blasfemar contra algo impersonal.



Como dice John F. Walvoord en un artículo: “La blasfemia por naturaleza es un acto contra la deidad. Si el Espíritu Santo no fuera Dios, no sería posible cometer este pecado.”



La implicancia es que los fariseos blasfemaban contra el Espíritu Santo diciendo que Jesús expulsaba a los demonios por el poder de una persona distinta al Espíritu: por Beelzebú.



Es decir, confundían el poder de una persona por el poder de otra; atribuían al diablo la obra del Espíritu Santo. “Pero si por el Espíritu de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.” (Mateo 12:26–28, BJL)



Enseña y guia.



“Tu espíritu bueno les diste para instruirlos (Nehemías 9:20)



“Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, se lo enseñará todo y les recordará todo lo que yo les he dicho.” (Juan 14:26, BJL)



“Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y les explicará lo que ha de venir.” (Juan 16:13, BJL)



Comentario. Estos pasajes no dejan ningún margen para interpretarlos alegóricamente y argüir que el Espíritu Santo no es una persona.



El Espíritu Habla.



“El espíritu de Yahvé habla por mí, su palabra está en mi lengua. El Dios de Israel ha hablado,” (2 Sam 23:2–3)



“Estando Pedro pensando en la visión, le dijo el Espíritu: «Ahí tienes unos hombres que te buscan.” (Hech 10:19)



“Mas cuando los entreguen, no se preocupen de cómo o qué van a hablar. Lo que tengan que hablar se les comunicará en aquel momento. Porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará en ustedes.” (Mateo 10:19–20, BJL)



“El Espíritu y la Novia dicen: «¡Ven!» Y el que oiga, diga: «¡Ven!” (Apo 22:17)



“Se acercó a nosotros, tomó el cinturón de Pablo, se ató sus pies y sus manos y dijo: «Esto dice el Espíritu Santo.»” (Hechos 21:11)



“El Espíritu me dijo que fuera con ellos sin plantearme dudas.” (Hechos 11:12)



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Richbell Meléndez, laico católico dedicado a tiempo completo a la apologética y subdirector de la Escuela de Apologética Online DASM.

 

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Por: José Miguel Arráiz
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Navegando en Internet me encontré con un estudio anónimo que comentaba entre otras cosas, algunas razones por las cuales los libros deuterocanónicos no podían ser inspirados basadas en su contenido. Luego de investigar la fuente del estudio pude averiguar gracias a un buen amigo que estaba basado en el libro “La Biblia como se convirtió en Libro” de Terry Hall, donde hay un apéndice escrito por Roberto LLoyd que se llama “Porque no aceptamos los libros apócrifos“. Luego de leer con atención el estudio he querido hacer algunos comentarios sobre el mismo y compartirlos con mis hermanos.
Argumento 1: Los deuterocanónicos no pueden ser inspirados porque no afirman serlo
Este argumento era presentado en el estudio de la siguiente manera:
…Es dentro de los propios libros donde vemos que carecen de una de la principales fuentes para entender que algo es inspirado por Dios, pues no aparece ninguna de estas frases: “Así dice Jehová", “Vino a mí palabra de Jehová", “Habló Jehová a…” y por el contrario expresan su inspiración humana, tal y como aparece en 2ª de Macabeos 15.37-38 “…Y yo termino aquí mi narración. Si está bien escrita y ordenada, esto fue lo que me propuse. Si es mediocre y sin valor, solo eso fue lo que pude hacer “. Claramente expresa que es de propia creación, pues no habla para nada de inspiración divina.
Y luego continúa:
Asimismo, en el prólogo del libro Eclesiástico, habla el nieto del escritor en estos términos: “… Los que leen las Escrituras tienen el deber no solamente de adquirir ellos mismos muchos conocimientos, sino que deben ser capaces de ayudar, tanto de palabra como por escrito, a quienes no han recibido esta instrucción. Así lo hizo mi abuelo Jesús. En primer lugar se dedicó de lleno a la lectura de la ley y los profetas, y de los demás libros recibidos de nuestros antepasados, y alcanzó un conocimiento muy grande de ellos; y luego él mismo se sintió movido a escribir un libro sobre la instrucción y la sabiduría, para que, practicando sus enseñanzas, las personas deseosas de aprender puedan hacer mayores progresos viviendo de acuerdo con la ley". Expresa claramente que su abuelo quiso realizar un libro didáctico, para ayudar al conocimiento de la Ley, pero no expresa para nada algún tipo de revelación, sino que es escrito basándose en el conocimiento adquirido, por su experiencia, de la primera.
Lo primero que viene a la mente ante este argumento son las siguientes interrogantes fundamentales.
1) ¿Piensa el autor que para que un libro sea inspirado debe afirmar que lo es?
2) ¿Piensa el autor que por el hecho de que un libro afirme ser inspirado entonces lo es?
Comencemos con la primera:
1) ¿Piensa el autor que para que un libro sea inspirado debe afirmar que lo es?
Si el autor piensa que la respuesta es SI tiene un problema, porque muy pocos libros de la Biblia afirman ser inspirados y muchos de los libros que los protestantes si aceptan en su canon no afirman ser de inspiración divina y de ser cierto este criterio tendrían, siguiendo su línea e pensamiento, que desecharlos también.
El libro de Rut por ejemplo (que aceptan los protestantes) no dice por ninguna parte “Así dice Jehová“, “Vino a mí palabra de Jehová“, “Habló Jehová a…”
Otro ejemplo lo vemos en el comienzo del evangelio de Lucas:
“Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.” Lucas 1,1-4
Tenemos al evangelista afirmando que él había decidido luego de INVESTIGAR todo diligentemente, narrar los hechos para que Teófilo conociera las enseñanzas que ha recibido. Se puede ver claramente que:
1.1) No se ve que el estaba conciente de estar escribiendo un libro inspirado por Dios
1.2) No se ve que estuviera conciente de que su escrito fuera destinado a pertenecer a la Biblia (De hecho era dirigido a Teófilo)
1.3) Tampoco afirma “Vino a mí palabra de Jehová“, “Habló Jehová a…” requisito que parece exigir el autor protestante para determinar la canonicidad de un libro, sino que el mismo autor reconoce que es un compendio de su “investigación diligente”.
Así, si aplicaramos el mismo criterio que utiliza este protestante para descalificar el Eclesiástico y el de Macabeos, tendríamos que descalificar también al evangelio de Lucas.
Otro ejemplo lo vemos en el libro del Eclesiastés también aceptado por protestantes, que comienza diciendo:
Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén” Eclesiastés 1,1
Y no solo eso, en su libro afirma desconocimiento de ciertos hechos que Dios ciertamente si conoce:
“¿Quién sabe si el aliento de vida de los humanos asciende hacia arriba y si el aliento de vida de la bestia desciende hacia abajo, a la tierra? Veo que no hay para el hombre nada mejor que gozarse en sus obras, pues esa es su paga. Pero ¿quién le guiará a contemplar lo que ha de suceder después de él?” Eclesiastés 3,21-22
Si se lee con atención el libro completo podrá ver que se repiten muchas expresiones similares (Eclesiastés 3,19 por ejemplo).
En resumen tenemos a Cohelet diciendo:
1.1) Que el libro es “palabra suya”
1.2) Afirmando desconocer hechos que Dios conoce.
¿Por qué entonces siguiendo ese mismo criterio los protestantes no desconocen este libro? ¿O será que para que un libro sea inspirado NO DEBE necesariamente afirmar que lo es?.
Pasemos a la segunda interrogante:
2) ¿Piensa el autor que por el hecho de que un libro afirme ser inspirado, entonces lo es?
Si la respuesta del autor a esta pregunta es SI entonces tendría que reconocer hasta el Corán, ya que el Corán afirma ser Palabra de Dios, y no solo el Corán, sino cientos de escritos más.
Así, podríamos resumir que el hecho de que un libro diga por sí mismo ser inspirado NO ES PRUEBA de que de hecho lo es.
Argumento 2: El libro de Tobías (uno de los deuterocanónicos) no puede ser inspirado porque afirma que Dios puede perdonar pecados gracias a la limosna.
El argumento es planteado de la siguiente manera:
Tobit 12.9 “Dar limosna salva de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna gozarán de larga vida". El perdón de los pecados gracias a las limosnas.
Aquí el autor descalifica este libro simplemente porque que este dice algo que no acepta la doctrina protestante de su denominación, y por eso el hecho de que un pasaje mencione que Dios puede otorgar misericordia a quien obra en caridad no es para él aceptable. La pregunta de rigor sería ¿Descalificará también el autor la carta del apóstol Pedro?
“Y sobre todo, tened entre vosotros ferviente caridad; porque la caridad cubrirá multitud de pecados” 1 Pedro 4,8
Aquí el problema es que bajo la óptica protestante basada en la “Sola Fides” no hay un entendimiento claro de la doctrina del mérito, la cual es interpretada por ellos con una vía donde los católicos “compramos” el perdón de los pecados por medio de obras. Los católicos creemos que la salvación es “gracia”, pero también es gracia el poder ejercer nuestro libre albedrío para responder afirmativamente a esa llamada gratuita de Dios.
“Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos alcanzarán misericordia. Mateo 5,7
“Para que sea tu limosna en secreto: y tu Padre que ve en secreto, él te recompensará en público. Mateo 6,4
“Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan” Mateo 6,20
“Sepa que el que hubiere hecho convertir al pecador del error de su camino, salvará un alma de muerte, y cubrirá multitud de pecados.” Santiago 5,20
“Y cualquiera que diere á uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, en nombre de discípulo, de cierto os digo, que no perderá su recompensa” Mateo 10,42
“Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme á su labor” 1 Corintios 3,8
“Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa” 1 Corintios 3,14
No es necesario decir que este argumento es también insuficiente.
Argumento 3: El Eclesiástico (uno de los deuterocanónicos) no puede ser inspirado porque afirma que Dios aborrece a los malvados y les dará su castigo y pide dar al bueno y no al malvado.
Este argumento es planteado de la siguiente manera:
Eclesiástico 12.6-7 “También Dios aborrece a los malvados y les dará su castigo. Debes dar al bueno, pero no al malvado; da alivio al afligido, pero no des nada al orgulloso". Contradice claramente el mandato divino de amar a nuestros enemigos y no tiene en cuenta la misericordia divina. A nosotros no nos es permitido juzgar si una persona es buena o no, todo el juicio le pertenece a Dios.
Aquí nuestro autor protestante nuevamente intenta engañar deliberadamente a sus lectores (o es eso, o es un absoluto ignorante bíblico) . La Biblia es una revelación progresiva donde Dios poco a poco se va revelando a los hombres hasta llegar a la plenitud de la revelación que es en sí mismo Cristo. No podemos desechar como inspirados todos los libros donde la revelación no había llegado a su plenitud y donde Cristo no le había dado su toque definitivo. Recordemos también que en la Biblia Dios es el autor principal y el hombre es el instrumento o autor secundario, y debemos por tanto entender que la cultura de su época influya en sus escritos como el lápiz en la intensidad de la línea sobre el papel, y no por esto dejen de tener el “sello divino”. Por eso la importancia de interpretar la Biblia en su contexto.
Pero el problema al que se enfrenta el autor es que dicho argumento también se vuelve contra él mismo cuando en otros libros si aceptados por protestantes también se observa exactamente lo mismo. Unos ejemplos:
“Y perseguiréis á vuestros enemigos, y caerán á cuchillo delante de vosotros: Y cinco de vosotros perseguirán á ciento, y ciento de vosotros perseguirán á diez mil, y vuestros enemigos caerán á cuchillo delante de vosotros.” Levítico 26,7-8
“El volverá el mal á mis enemigos: Córtalos por tu verdad”. Salmo 54,5 Biblia Reina-Valera (Salmo 54,7 Biblia de Jerusalén)
“Sea su mesa delante de ellos por lazo, Y lo que es para bien por tropiezo. Sean oscurecidos sus ojos para ver, Y haz siempre titubear sus lomos. Derrama sobre ellos tu ira, Y el furor de tu enojo los alcance. Sea su palacio asolado: En sus tiendas no haya morador.
Porque persiguieron al que tú heriste; Y cuentan del dolor de los que tú llagaste. Pon maldad sobre su maldad, Y no entren en tu justicia. Salmo 69,22-28 Biblia Reina-Valera (Salmo 69,23-29 Biblia de Jerusalén)
“Perseguido he mis enemigos, y alcancélos, Y no volví hasta acabarlos. Helos herido, y no podrán levantarse: Cayeron debajo de mis pies. Pues me ceñiste de fortaleza para la pelea; Has agobiado mis enemigos debajo de mí. Y dísteme la cerviz de mis enemigos, Y destruí á los que me aborrecían. Clamaron, y no hubo quien salvase: Aun á Jehová, mas no los oyó. Y molílos como polvo delante del viento; Esparcílos como lodo de las calles”. Salmo 18,37-42 Biblia Reina-Valera (Salmo 18,38-43 Biblia de Jerusalén)
Pasajes como estos abundan en casi todo el Antiguo Testamento, más con estos es suficiente para lo que nos aboca.
Vemos allí que el Salmista pide que sus enemigos “sean cortados”, que Dios “derrame su ira sobre ellos”, que “ponga maldad sobre su maldad y que no se salven”, que “sean acabados” y que aunque clamaron Dios “no los oyó”. Si comparamos esto con la revelación de Cristo cuando clamó en la cruz: “Padre, perdónalos que no saben lo que hacen” (Lucas 23,43) y el corazón del evangelio que no enseña a “amar a los que nos odian” (Mateo 5,44-45) evidentemente encontraremos una evolución enorme en la revelación y de aquello que Dios quiere para nosotros, más no por eso quiere decir que esos escritos no hayan pertenecido a libros inspirados por Dios, sino que ha sido Dios quien por Cristo ha traído la revelación definitiva y por eso Cristo mismo enseña:
“«Habéis oído que se dijo: = Amarás a tu prójimo = y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.” Mateo 5,43-45
Volviendo a nuestro punto, y tratando de escapar de las dificultades que podemos tener para entender esos duros pasajes del Antiguo Testamento, lo cierto es que si los protestantes van a rechazar el libro del Eclesiástico por la razón de que en un pasaje no enseña el amor a los enemigos, entonces mejor sería que rechazaran medio Antiguo Testamento de plano y así no demostrar un doble criterio.
Argumento 4: El libro de Judit (uno de los deuterocanónicos) no puede ser inspirado porque Dios no justifica la mentira y menos la inspira y Judit pide a Dios poder para engañar.
Este argumento es planteado de la siguiente manera:
Judit 9.13 “Dame palabras para poder engañarlos y causarles el desastre y la muerte, pues tienen planes perversos contra tu alianza, contra el templo consagrado a ti, contra el monte Sión y contra la ciudad que es hogar y propiedad de tus hijos". Dios es la verdad, nunca justifica la mentira y menos la inspira, por lo que este texto enseña algo contrario a la Palabra de Dios.
Aquí la visión fundamentalista de la Biblia del autor protestante vuelve no solo a demostrar profunda ignorancia bíblica y a equivocarse por no entender aquello de “Misericordia quiero y no sacrificio” (Óseas 6,6)
Para para entender el error de este ejemplo, es bastante útil hacerlo analizando un caso real:
Imaginen que ustedes hubieran sido parte de un hogar alemán de la segunda guerra mundial que dio refugio a una familia judía para que no fuera a ser llevada a un campo de concentración Nazi. Imagine que llegan oficiales Nazi preguntando si hay judíos en su casa. ¿Qué debe hacer usted?
1) Decir la verdad porque Dios manda no mentir, decir que ellos están en su casa causando que ellos sean encarcelados y lo más seguro asesinados.
2) Decir que ellos no están allí (mentir) para que ellos se salven.
Bajo la forma de ver las cosas por el autor protestante del panfleto, habría que decir la verdad y entregar a los nazis la familia entera.
En ciertos casos faltar a este precepto por una causa mayor no solo no es castigado por Dios sino recompensado y un caso muy similar al ejemplo que puesto sale narrado en la Biblia y lo vemos en el libro de Josué (aceptado por los protestantes), donde una prostituta fue justificada cuando escondió a los espías del pueblo de Israel y MINTIO a quienes les perseguían para que no les capturaran.
“Josué, hijo de Nun, envió secretamente desde Sittim dos espías con esta orden: «Id y explorad el país y Jericó.» Fueron y entraron en casa de una prostituta, llamada Rajab, y durmieron allí. Se le dijo al rey de Jericó: «Mira que unos hombres israelitas han entrado aquí por la ncohe para explorar el país.» Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rajab: «Haz salir a los hombres que han entrado donde ti - que han entrado a tu casa - porque han venido para explorar todo el país.» Pero la mujer tomó a los dos hombres y los escondió. Luego respondió: «Es verdad que esos hombres han venido a mi casa, pero yo no sabía de dónde eran. Cuando se iba a cerrar la puerta por la noche, esos hombres salieron y no sé adónde han ido. Perseguidles aprisa, que los alcanzaréis.» Pero ella los había hecho subir al terrado y los había escondido entre unos haces de lino que tenía amontanados en el terrado” Josué 2,1-6
Incluso si leemos la carta del apóstol Santiago vemos nada menos que el apóstol afirma que por esta acción de Rajab (Mentir al rey) ella fue justificada.
“Del mismo modo Rajab, la prostituta, ¿no quedó justificada por las obras dando hospedaje a los mensajeros y haciéndoles marchar por otro camino?” Santiago 2,25
Así, si aplicaramos ese criterio de forma uniforme a toda la Escritura, el autor debería descartar también el libro de Josué y la carta de Santiago o reconocer que aplica un doble criterio.
Argumento 5: El libro de Sabiduría (uno de los deuterocanónicos) no puede ser inspirado porque según el Génesis Dios crea al mundo de la nada y allí se afirma que lo creó de la materia sin forma.
Este argumento es planteado de la siguiente manera:
Sabiduría 11.17 “Tu mano omnipotente, que de la materia sin forma creó el mundo". Según el Génesis Dios crea el mundo de la nada, sólo con su Palabra.
Este argumento es bastante tonto y parece ver contradicciones donde no la hay.
Que Dios haya creado todo de la nada no quiere decir que no haya podido, a través de un proceso, partiendo de algo que el creó, seguir creando.
Así por ejemplo, en el mismo Génesis vemos que Dios creó al hombre “del polvo de la tierra” y a la mujer de la “costilla del hombre”, no “de la nada” y no por eso se contradice el Génesis a sí mismo.
Argumento 6: El libro de Macabeos (deuterocanónico) no puede ser inspirado porque justifica el orar por los muertos.
Este argumento es planteado de la siguiente manera:
2ª de Macabeos 12.45 “Si él no hubiera creído en la resurrección de los soldados muertos, hubiera sido innecesario e inútil orar por ellos. Pero, como tenía en cuenta que a los que morían piadosamente los aguardaba una gran recompensa, su intención era santa y piadosa. Por esto hizo ofrecer ese sacrificio por los muertos, para que Dios les perdonara su pecado". Justifica el orar por los muertos.
Nuevamente aquí el mismo problema de negar la inspiración y canonicidad de un libro porque afirma algo contrario a la doctrina de la propia denominación o secta. Debido a que el libro enseña que es piadoso orar por el descanso eterno de los difuntos, asumen que es razón de que el libro no sea inspirado.
Cuando Lutero intentó eliminar del Canon los libros deuterocanónicos, trató de eliminar también del Nuevo Testamento Hebreos, Santiago, Judas y el Apocalipsis por la misma razón. El libro de Macabeos contradecía explícitamente su enseñanza ya que él había negado la doctrina del purgatorio. Hebreos era también una piedra de tropiezo ya que contradecía varias de sus doctrinas.
Primeramente refutaba tajantemente la doctrina de que el hombre no puede perder su salvación (Hebreos 2,1-3) y no solo eso, sino que ¡citaba un hecho que solamente estaba mencionado en el libro de Macabeos que él ya había rechazado!.
El suceso en cuestión es narrado en 2 Macabeos 7 cuando durante la persecución de los Macabeos fueron apresados siete hermanos y su madre. El rey los torturó para que comieran alimentos impuros prohibidos por la Ley. Uno tras uno murieron afirmando esperar la resurrección para la vida eterna. (2 Mac 7, 1.5-9). Este hecho es claramente citado en Hebreos 11,35 donde nada menos que el autor de la epístola menciona todos aquellos hechos heroicos que narran las Escrituras sobre nuestros antepasados (¡Hecho que no es narrado en ninguno de los libros protocanónicos!).
Argumento 7: El libro de Judit y el de Baruc (deuterocanónicos) no puede ser inspirado porque contienen imprecisiones históricas
Este argumento es planteado de la siguiente manera:
Judit 1.1 “Cuando Nabucodonosor estaba en el año doce de su reinado sobre los asirios en Nínive, su capital”. Está demostrado y documentado que Nabucodonosor nunca fue rey de Asiria sino de Babilonia, aunque conquistó este reino nunca trasladó su capital a Nínive.
Baruc 1.1-2 “Este es el libro que Baruc, hijo de Nerías y descendiente de Maaseías, Sedequías, Hasadías e Hilquías, escribió en Babilonia el día siete del mes del año quinto después que los caldeos se apoderaron de Jerusalén y la incendiaron.”. Crea contradicción con el libro de Jeremías, que afirma claramente que Baruc no estaba en Babilonia, sino en Egipto: “Por el contrario, Johanán y todos los jefes militares reunieron a la poca gente de Judá que aún quedaba … incluyendo a Jeremías y a Baruc. Sin hacer caso de la orden del Señor, todos ellos se fueron a Egipto y llegaron hasta la ciudad de Tafnes.” (Jeremías 43.4-7)
El hecho de que algún libro de la Biblia tenga imprecisiones históricas NO LE DESCALIFICA como inspirado. De hecho, muchos libros protocanónicos (que también aceptan los protestantes como inspirados) las tienen y no por eso ellos los descalifican.
Lo importante es entender que las Sagradas Escrituras por ser Palabra de Dios contienen la verdad en orden de nuestra salvación. En la Biblia puede haber imprecisiones geográficas o históricas, pues no es un libro científico ni tampoco es un libro hecho con los criterios modernos para escribir historia. (Eso no era esencial para los antiguos). Lo fundamental es que la Biblia es un libro religioso y que está dirigido principalmente a revelarnos lo que Dios ha dispuesto para nuestra salvación. Los autores de la Biblia escribían los hechos según la tradición que habían recibido oralmente y no tuvieron intención de hacer unos libros científicos sobre el origen del mundo o sobre la historia de Israel. Lo que sus autores querían era transmitirnos, con mirada de fe, el sentido y la importancia viva y actual de lo que Dios había hecho en favor de su pueblo y del mensaje que había proclamado por sus profetas y el mismo Jesús.
Así mismo no nos debería sorprender:
7.1) Que en los libros de Samuel se recojan dos tradiciones diferentes de la muerte de Saul:
Dijo Saúl a su escudero: «Saca tu espada y traspásame, no sea que lleguen esos incircuncisos y hagan mofa de mí », pero el escudero no quiso pues estaba lleno de temor. Entonces Saúl tomó la espada y se arrojó sobre ella. Viendo el escudero que Saúl había muerto, se arrojó también sobre su espada y murió con él. 1 Samuel 31,4-5
Dijo David al joven que le daba la noticia “: «¿Cómo sabes que han muerto Saúl y su hijo Jonatán?» Respondió el joven que daba la noticia: «Yo estaba casualmente en el monte Gelboé; Saúl se apoyaba en su lanza, mientras los carros y sus guerreros le acosaban. Se volvió y al verme me llamó y contesté: “Aquí estoy.” Me dijo: “¿Quién eres tú?” Le respondí: “Soy un amalecita.” Me dijo: [Saul] “Acércate a mí y mátame, porque me ha acometido un vértigo aunque tengo aún toda la vida en mí.” Me acerqué a él y le maté, pues sabía que no podría vivir después de su caída; luego tomé la diadema que tenía en su cabeza y el brazalete que tenía en el brazo y se los he traído aquí a mi señor.» 2 Samuel 5,1-10
En la primera tradición que recopila la muerte de Saúl el mismo se mata. En la segunda tradición es un amalecita quien le mata. A pesar de ser dos tradiciones diferentes, el profeta recopila AMBAS.
¿Quiere decir esto que los libros de Samuel no son inspirados? ¿Por qué no desecha también el autor estos libros con la excusa de que hay imprecisiones históricas?
7.2) La muerte de Judas es recogida de dos tradiciones diferentes:
“Entonces Judas, el que le entregó, viendo que había sido condenado, fue acosado por el remordimiento, y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciendo: «Pequé entregando sangre inocente.» Ellos dijeron: «A nosotros, ¿qué? Tú verás.» El tiró las monedas en el Santuario; después se retiró y fue y se ahorcó.” Mateo 27,3-5
«Hermanos, era preciso que se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por boca de David, había hablado ya acerca de Judas, el que fue guía de los que prendieron a Jesús. Porque él era uno de los nuestros y obtuvo un puesto en este ministerio. Este, pues, compró un campo con el precio de su iniquidad, y cayendo de cabeza, se reventó por medio y se derramaron todas sus entrañas. – Hechos 1,16-18
La primera tradición recopila que Judas devolvió las monedas, la segunda que con ellas compró un campo, la primera que se ahorcó, la segunda que se cayó de cabeza y se derramaron sus entrañas.
7.3) Otras pequeñas imprecisiones históricas de libros que los protestantes si reconocen como inspirados
En Lucas 2,1-2 se menciona que en tiempo del nacimiento de Jesús hubo un censo siendo gobernador de Siria, el ex-cónsul Cirino, y se menciona que fue por orden del emperador Cesar Augusto que los habitantes de Palestina debían viajar con sus familias, a su lugar de origen para empadronarse. Cuando Publio Sulpicio Cirino, fue gobernador de Siria se registra un censo, pero éste ocurrió en el año 6 de nuestra era (Dato corroborado por el historiador judío, Flavio Josefo). Por otro lado el evangelio de Lucas y el de Mateo sitúan el nacimiento de Jesús durante el reinado de Herodes el Grande, Tetrarca de Galilea, Samaria, Judea e Idumea. Sin embargo, Herodes murió aproximadamente el año 4 antes de Cristo.
Eso sin mencionar que científicamente se ha comprobado que el hombre tiene por mucho más de 6000 años sobre la tierra.
La verdad es que el mismo argumento que utiliza nuestro amigo para descalificar los deuterocanónicos, lo utilizan los ateos para descalificar la Biblia entera, y todo eso por no entender realmente cual es la finalidad de la Biblia: Darnos el mensaje de salvación y no una explicación de cómo Dios unió átomos en moléculas, moléculas en partículas, partículas en polvo, polvo en hombres, y todo esto explicado en cuando al donde, cuando como y donde.
Se concluye también que este argumento es insuficiente.
Argumento 8: El libro de Macabeos (deuterocanónico) no puede ser inspirado porque apoya la intercesión de los santos.
Este argumento es planteado de la siguiente manera:
2ª de Macabeos 15.12-16 “La visión era esta: … se trataba de un personaje de la más alta autoridad. Onías tomó la palabra, y dijo: “Este es Jeremías, el profeta de Dios, el amigo de sus hermanos, que ora mucho por el pueblo y por la ciudad santa.” Jeremías extendió la mano derecha, le dio a Judas una espada de oro y le dijo: “Toma esta espada santa, que Dios te da; con ella destrozarás a los enemigos."". Aquí vemos otra creencia religiosa católica y es que los muertos (pues Jeremías estaba en el Cielo), pueden interceder por los vivos, justificando así la oración a los “Santos".
Lo dicho en el argumento 6 es válido también para este argumento. Nada menos que la negación de la inspiración de un libro porque enseñe una doctrina contraria a la doctrina protestante ¿Entienden porqué Lutero no quería que permanecieran en el canon?. ¡Nada menos que un libro escrito mucho antes de Cristo enseña doctrinas católicas! ¿Cómo entonces podrían los protestantes afirmar que la intercesión de los santos fue inventada luego del reinado de Constantino muchos siglos después?
El hecho de que nuestros hermanos protestantes no logren entender que en Cristo tenemos vida y vida en abundancia y que luego de morir en santidad podemos estar con Cristo, lo cual ciertamente es lo mejor (Filipenses 1,23) y que precisamente cuando estamos en su presencia no perdemos la capacidad de pedir e interceder EN CRISTO por nuestros hermanos, todos un mismo cuerpo y un mismo espíritu con Cristo como cabeza, tal como lo hacemos en vida, no quiere decir que dicho libro no sea inspirado.
¿No es curiosa esta doctrina protestante que afirma que una vez con Cristo y EN Cristo no podamos pedir? ¿No se ve a los santos clamando en el cielo acaso? (Apocalipsis 6,9-11).
Argumento 9: El libro de Tobías (deuterocanónico) no puede ser inspirado porque apoya practicas de curanderos.
Este argumento es planteado de la siguiente manera:
Tobit 6.4-9 “El ángel le dijo: Ábrelo y sácale la hiel, el corazón y el hígado, y guárdalos. Son un remedio muy útil. … Entonces el muchacho preguntó al ángel: Amigo Azarías, ¿para qué sirven de remedio la hiel, el corazón y el hígado del pescado? Él contestó: Cuando una persona es atacada por un demonio o espíritu malo, si se queman delante de esa persona el corazón y el hígado del pescado, cesa el ataque y no se repite jamás. Y cuando una persona tiene nubes en los ojos, si se untan con la hiel y se sopla en ellos, queda sana". Apoya aquí la práctica de los curanderos.
Este argumento tampoco puede utilizarse para descalificar el libro de Tobías, ante todo porque el hecho de que el autor se sirve de las opiniones populares de su tiempo sobre la virtud curativa de la hiel, del corazón y del hígado, y las incorpora en el relato, no implica a que esté apoyando las prácticas de los curanderos. Tomemos en cuenta también que en la cultura judía muchas enfermedades eran atribuidas a demonios. Bien pudo haber sido un remedio natural. De hecho algunos expositores creen que sería el pez llamado luccio que en griego significa “pez lobo” y cuya especia abunda mucho en el río Trigris (Bochard observa que su hiel, mezclada con miel, se aplica para remedio de varias enfermedades de los ojos). En el caso de la historia narrada en el libro de Tobías, el remedio vendría a representar una especie de colirio.
Ahora, de insistir interpretarlo literalmente ¿lo que cura es un trozo de carne o un acto de obediencia a quien representa a Dios? ¿Dios no mandó al ángel? ¿El ángel representa y habla a nombre de Dios? ¿No podía hacer el ángel que el corazón y el hígado del pez fueran remedios útiles? Ahora bien, ¿qué es más difícil? ¿Que Dios se haga hombre en el seno de una Virgen por orden del ángel Gabriel que representa a Dios (Lucas 1,26-38 ) o que el corazón y el hígado de un pez curaran a un hombre ciego (Tobías 6,4-9)? ¿Habrá que pensar también que hay superstición en Cristo que unta lodo en los ojos del ciego en vez de darle simplemente la orden de ver (Juan 9,6)?
Argumento 10: El libro de Tobías (deuterocanónico) no puede ser inspirado porque apoya prácticas de brujería
Este argumento es planteado de la siguiente manera:
Tobit 8.1-3 “Cuando terminaron de cenar, decidieron ir a acostarse. Llevaron al muchacho a la habitación. Tobías se acordó entonces de lo que le había dicho Rafael. Sacó de su bolsa el hígado y el corazón del pescado, y los puso sobre las brasas en las que se quemaba incienso. El olor del pescado no dejó acercar al demonio, y este salió huyendo por el aire hasta la parte más lejana de Egipto. Rafael fue y lo encadenó allá, y volvió inmediatamente“. Otra práctica pagana y de brujería.
Nuevamente se equivoca el autor interpretando que aquí se estimulan prácticas de brujería, y habría que preguntarse más que una obediencia específica a las instrucciones que él ángel le da y de hecho la primera cosa que hizo Tobías al entrar en la pieza matrimonial fue poner en práctica lo que él le aconsejó. El hecho de que el olor del pez aleje al demonio no puede ser interpretado en su sentido literal, como si el demonio huyera del mal olor, (como hacen los insectos al oler un insecticida), sino en sentido simbólico y espiritual: el bien vence al mal. Con esta victoria de Rafael sobre Asmodeo se cumple una parte principal del plan de Dios sobre Sara: su curación, encomendada por Dios al ángel Rafael y la lección más que una promoción de prácticas brujeriles, es enseñar que para quien ama a Dios, la obediencia al Señor y la oración en familia espantan todos los males (Tobías 6,18; 8,5);
Y cuando vayas a unirte a ella, levantaos primero los dos y haced oración y suplicad al Señor del Cielo que se apiade de vosotros y os salve. Y no tengas miedo, porque para ti está destinada desde el principio; tú la salvarás; ella se vendrá contigo y te aseguro que te dará hijos que serán para ti como hermanos. No te preocupes.» Tobías 6,18
Todo esto da unificación al relato donde la figura de un pez es el instrumento que Dios elige para sanar y liberar. Dios, cuando y como le parece, hace que las más mínimas cosas sirvan de instrumentos para sus milagros. Así como el Señor Jesucristo con un poco de barro mezclada con saliva curó a un ciego de nacimiento (Juan 9,6), el agua del bautismo (1 Pedro 3,21) es el elemento visible que Dios ha elegido para regenerarnos por medio del Espíritu Santo, Dios obraba por medio de los mandiles y pañuelos de Pablo también milagros (Hechos 19,12), y para que se curara Naamán el sirio se le requirió bañarse en las aguas del Jordán (2 Reyes 5,9), lo mismo Dios puede utilizar un pez, un hígado de Mamut o un apéndice de brontosauro si le place. Más no quiere decir que quien haya sanado en todos los casos anteriores haya sido ni el mandil, ni el agua del Jordán, ni el barro, y por ende: ¿¿Hemos de interpretar que entonces quien ahuyentó al demonio fue el pedazo de carne??
Argumento 11: El libro de Macabeos (deuterocanónico) no puede ser inspirado porque no condena el suicidio de Judas
El argumento es presentado de la siguiente manera:
2ª de Macabeos 14.41-42 “Las tropas estaban ya a punto de tomar la torre donde se encontraba Razís, y trataban de forzar la puerta de fuera, habiendo recibido órdenes de prender fuego y quemar las puertas, cuando Razís, acosado por todas partes, volvió su espada contra sí mismo, prefiriendo morir noblemente antes que caer en manos de aquellos criminales y sufrir injurias indignamente". Da validez al suicidio, no condenándolo.
Esto es un sofisma que nuevamente de ser cierto, excluiría también otros libros canónicos que los protestantes si aceptan, donde aparecen suicidios no condenados por la Biblia, como es el caso del suicidio de Sansón:
“Sansón invocó a Yahveh y exclamó: «Señor Yahveh, dígnate acordarte de mí, hazme fuerte nada más que esta vez, oh Dios, para que de un golpe me vengue de los filisteos por mis dos ojos.» Y Sansón palpó las dos columnas centrales sobre las que descansaba la casa, se apoyó contra ellas, en una con su brazo derecho, en la otra con el izquierdo, y gritó: «¡Muera yo con los filisteos!» Apretó con todas sus fuerzas y la casa se derrumbó sobre los tiranos y sobre toda la gente allí reunida. Los muertos que mató al morir fueron más que los que había matado en vida. Sus hermanos y toda la casa de su padre bajaron y se lo llevaron. Lo subieron y sepultaron entre Sorá y Estaol, en el sepulcro de su padre Manóaj. Había juzgado a Israel por espacio de veinte años.” Jueces 16,29-31
En el pasaje anterior Sansón pide ayuda a Dios para que le de fuerzas y pueda derrumbar las columnas de la casa ¡Causándose la muerte a él y a los filisteos que estaban en la casa! ¡¡Y Dios se la da!!
La pregunta sería ¿¿Excluirán los protestantes el libro de Jueces basados en este argumento?? ¿Por qué no lo han excluido de sus Biblias entonces? ¿Lo que vale para uno no vale para el otro? Lo mismo sucede con el suicidio de Saúl (1 Samuel 31,4) tampoco
condenado por la Biblia. ¿Excluirán el de Samuel?
Conclusión
Ninguno de los cuestionamientos que el autor ha planteado para cuestionar la inspiración de los libros canónicos es válido. De hecho, algo es canónico no porque alguien crea o no crea ver en el contradicciones, tampoco que no logre entender ciertos pasajes, tampoco que no carezca de alguna imprecisión histórica, que el autor esté plenamente conciencia de su inspiración y mucho menos que no concuerde con las doctrinas personales de su denominación. Sino que es la “Tradición apostólica la que hizo discernir a la Iglesia qué libros constituyen la lista de los libros santos” (Dei Verbum 8,3; Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, No. 120). Como dice dice la Dei Verbum en el No. 9: “La Escritura es la Palabra de Dios puesta por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo. La tradición recibe la palabra de Dios, encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los Apóstoles, y la transmite íntegramente a sus sucesores, para que ellos, iluminados pro el Espíritu de la verdad, con su predicación la conserven fielmente, la expongan y la difundan. Por eso, la Iglesia no saca exclusivamente de la sola sagrada Escritura la certeza de todo lo revelado. Así se han de respectar con el mismo espíritu de devoción".
El hecho de que los protestantes acepten el canon del Nuevo Testamento establecido por la Iglesia en los concilios de Concilio de Hipo, en el año 393 A.D. y el Concilio de Cartago, en el año 397 y 419 A.D, ambos en el norte de África, y no acepten dicha decisión acerca del canon Alejandrino (con 46 libros para el Antiguo Testamento) es también una incoherencia, ya que está demostrado que antes de esta fecha no había unanimidad en cuanto a los escritos del Nuevo Testamento. Y si para esta época ellos manejan la tesis protestante de que la Iglesia ya se había corrompido (Luego de Constantino) ¿Qué garantía tienen que los libros seleccionados por una Iglesia que ya ellos consideraban apostata pueda dar un juicio real y verdadero sobre la inspiración de su Biblia?
“A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»” Mateo 16,19
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Richbell Meléndez. Laico católico dedicado a la apologética a tiempo completo y Subdirector General de la Escuela de Apologética Online DASM.

 

 

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